Máxima efectividad
El Athletic está a 21 minutos de establecer su mejor racha sin encajar goles en un arranque liguero, es cuarto en la tabla y desde Daucik ningún entrenador había debutado con siete partidos invicto. Pero son solo números y esto acaba de empezar.

El ‘abrazo del koala’, dícese de esa maniobra escapista en que te separas de manera diplomática del cuerpo del otro dándole palmaditas en la espalda, con lo que rápidamente entenderá que no tiene nada que hacer. Más o menos lo que el Athletic le vino a insinuar al bienintencionado Girona al minuto 25 de juego cuando en una jugada aislada Muniain puso en ventaja a los rojiblancos ante un más dominador pero inofensivo cuadro catalán. También en cierta manera el Eibar se vio sorprendido por este arte del dejarse querer para luego quedarse compuesto y sin pareja. Sostuvo tras el partido del domingo Kuko Ziganda que su equipo salió al campo no a ir de cara ante el recién ascendido Girona, sino a evitar un choque de ida y vuelta ante un rival que también juega al ataque. Y la estrategia le salió, sobre todo porque el Athletic es raro que no disponga de una o dos ocasiones en las que por mal que pinte la cosa, no acierte con el gol. Y por ahora, quizá lo más llamativo de este Athletic es que está siendo muy efectivo.
Sigue siendo pronto para ver la impronta del técnico navarro en el equipo. Quizá esa puesta en escena –si nos atenemos a sus palabras– de jugar en función del rival por mucho que sea un recién ascendido. Quizá ese catecismo de jugadas de estrategia en el caso de las faltas y que ante los gerundenses volvimos a ver por parte de Beñat y un Muniain que no acertó a terminarla. Pero sobre todo lo más novedoso –y ahí la mano de Ziganda es relativa– es cómo están aprovechando sus ocasiones los leones. Pocas, pero bien resueltas. Sucedió ante el Eibar, y qué decir frente al Girona. El idilio de Williams con las asistencias en los tres únicos goles sumados, el momento de dulce de un Muniain más llegador y que veremos si este curso consolida lo que anticipa, y el siempre atento olfato de Aduriz se han alineado para que el Athletic marche cuarto en la tabla en un inicio de Liga ‘asequible’ por los rivales –el Las Palmas se presenta como otra inmejorable oportunidad para seguir sumando– pero ilusionante y tranquilizador.
Eficacia máxima en ataque y sobriedad en defensa. Esas han sido las claves. Tres encuentros ligueros sin encajar y apenas conceder ocasiones. Un dato para nada baladí si tenemos en cuenta que con 291 minutos los rojiblancos están a 21 de establecer su mejor racha sin encajar goles de su historia en un inicio de Liga. Ziganda elogió el compromiso y solidaridad de los suyos en tareas defensivas para no permitir llegar al rival y evitar hasta la fecha goles en contra. Lo que tampoco dejan de ser cualidades y prestaciones que no tuviera el equipo con Ernesto Valverde al frente. El central Unai Núñez está siendo uno de los soplos de aire fresco en un Athletic bastante tedioso en lo futbolístico, pero como antes lo fue Yeray. Laporte sigue aportando el poso que se le exige, en tanto San José y Beñat ejercen por ahora más de bomberos que de generadores de ataque.
Una vertiente ofensiva liderada por un Muniain que aparece cuando se le necesita –lo que no quita para que en la segunda mitad ante el Girona su aporte no dejara de ser discreto–, un Williams que en un abrir y cerrar de ojos puede sentenciar en una de sus incursiones por banda y un Aduriz como siempre ojo avizor, a la espera de una mejor versión de Raúl García.
Siete partidos sin perder
Acierto en defensa y ataque. Los dos pilares sobre los que se sostienen los números incontestables de este Athletic muy fajador pero tan poco vistoso como el de la última etapa de Valverde, cuarto en la tabla, portería a cero y un entrenador que no debutaba en los bilbainos con siete partidos sin perder, como Ziganda, desde 1954, con Daucik. Números que no sensaciones. También Txingurri está firmando en el Barcelona el mejor arranque liguero de los culés en toda su historia y convendremos en que este Barça acaba de echar a andar, como este Athletic, con todo por demostrar.
Pocos cuestionan a este Athletic que camina con pies de plomo, generando bostezos pero poniendo, esperemos, las bases de que algo mejor esté por venir. El jueves en Berlín veremos si se confirma este Athletic eficiente, resultadista, que de momento fía sus réditos al buen hacer e inspiración de los de arriba, y a esa solidaridad en defensa. Ziganda parece no querer aventuras, ni siquiera llevar la iniciativa por llevarla. O eso, o que de momento no ha tenido enfrente ningún ‘toro’ que le saque los colores al fútbol de su equipo. Veremos, porque esto acaba de empezar.
La cuerda entre grada popular y Junta se tensa
Los tiras y aflojas entre la Junta Directiva y la grada popular de San Mamés sumaron el domingo un nuevo capítulo. Al minuto 20 de encuentro, la práctica totalidad de la grada popular, Iñigo Cabacas Herri Harmaila, dejó sus asientos como protesta por una pancarta retirada y una cámara televisiva en medio de la polémica. Se fueron entre gritos de «Urrutia kanpora» y la cuerda que se tensa más entre unos y otros. El club, después, negó que prohibiera bandera alguna, ni siquiera que no se ondearan las habituales enseñas. «A instancias del director de partido de la LFP, en cumplimiento de la normativa de la competición, y con el fin de no entorpecer la realización televisiva, se ha solicitado a los aficionados presentes que movieran, nunca que retiraran, hacia el centro las banderas que el club facilita para la animación y cuya presencia se coordina con los grupos de animación. Ante la citada petición, la mayoría de los asistentes del citado bloque ha decidido abandonar la grada para situarse en el pasillo del estadio», detalla su comunicado. Sea como fuere, la creada comisión de animación pincha en hueso. J.V.

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