Ramón SOLA
DONOSTIA
Elkarrizketa
ARKAITZ RODRÍGUEZ
NUEVO SECRETARIO GENERAL DE SORTU

«El futuro será negro si no ponemos en marcha el segundo frente»

Arkaitz Rodríguez toma el relevo de Arnaldo Otegi al frente de Sortu en un momento en que la gran oportunidad vuelve a tocar la puerta del independentismo vasco. El tren llega ahora de Catalunya y puede hacer descarrilar al Estado.

Empecemos por Catalunya. Un proceso independentista de masas, civil, democrático, pacífico, con liderazgo institucional... ¿Es lo que imaginaron, o soñaron, para Euskal Herria con el cambio de ciclo?

Sí, es exactamente eso. Catalunya está dando muchas lecciones, y la principal es que eso es posible. La estrategia eficaz a la que nos referíamos hace ocho años es esto que vemos ahora. Un proceso que o bien obligue al Estado a democratizarse o bien abra la vía unilateral hacia la independencia.

¿Le sorprende algo de la respuesta estatal esta semana?

Ciertamente no. Es la respuesta consustancial a ese Estado. No hay más que repasar la Historia y ver cómo ha actuado en todas las guerras de liberación. Nunca ha sido capaz de dialogar y menos aún de negociar. La Historia de cada Estado suele ser un peso muy importante. Actúa igual que en Cuba y Filipinas en 1898. No cabe prever ahí evolución democrática alguna, para él solo rige la ley del más fuerte.

¿Qué hubiera pasado si en Euskal Herria se hubiese abierto un segundo frente, como planteaba Arnaldo Otegi?

El Estado español estaría acabado, indudablemente. Y no sabemos si no va a estar acabado con el tema de Catalunya, probablemente sí. Dos tirando en lugar de uno, como dice la famosa canción, hubiera sido definitivo. Acabe como acabe, lo evidente es que ya nada será igual. El Estado se ha hecho el harakiri en esa pretensión de mantener a Catalunya dentro cueste lo que cueste y caiga quien caiga. Está mostrando la falacia que han sido estos 40 años.

Cuando la izquierda abertzale emprendió el cambio de ciclo fue porque veía condiciones objetivas suficientes. Desde entonces se les han sumado otras nuevas: crisis económica, Escocia, irrupción de Podemos, Catalunya ahora... Pero los trenes pasan y Euskal Herria no acaba de subir a ninguno...

Es así. Hay que hacer una dura crítica a la actitud del PNV y más concretamente del señor Urkullu. Toda su forma de actuar ha consistido en inhibir y congelar las potencialidades del país. Pero tampoco perdamos de vista la foto completa; aquí hay una mayoría social favorable al reconocimiento nacional y del derecho a decidir. Nuestra apuesta para estos meses pasa por articularla y abrir ese segundo frente cuanto antes.

La mayoría sindical parece verlo también así, pero no está en su mejor momento de influencia social. ¿Basta con esa tracción? ¿Con qué más aliados se cuenta? ¿Por dónde empezar?

Rafa Díez decía al salir de prisión que ahora no hay opciones para un Maltzaga de elites, pero sí para un Maltzaga social. Coincido plenamente con él. La mayoría sindical está ahí, como en tiempos de Lizarra-Garazi. En lo social hay agentes como Gure Esku Dago. Está el movimiento feminista, quizás el más potente socialmente en estos momentos; el movimiento juvenil, que creo que tiene un papel muy importante... Veo condiciones para hacer esa articulación de fuerzas, y a no mucho tardar.

Ha citado al PNV. La izquierda abertzale tiene hace mucho tiempo una relación de palo y zanahoria con este partido, pero con ninguna de esas dos tácticas ha conseguido condicionarlo, moverlo adonde quiere. ¿Qué más se puede hacer?

Hay que hablar menos del PNV y más de esa mayoría social. Es posible articular un movimiento social civil potente como en Catalunya, y que sea esa mayoría la que consiga arrastrar no solo al PNV, sino también a otros partidos.

También ha dicho Sortu que este país tiene poco pulso y lo ha ligado a la pérdida de pulso de la izquierda abertzale. ¿Se corresponsabilizan del parón?

Sí, no todo cabe achacárselo al PNV. Hemos hecho autocrítica y admitido que no hemos pasado por nuestros mejores momentos. Ha habido problemas tácticos, organizativos... Pero de un tiempo a esta parte entendemos que hemos superado ese periodo de duelo o de depresión. Y sí, cuando la izquierda abertzale gana pulso, es el país quien lo gana. Por eso hicimos toda esta reorganización.

¿Este curso es un «todo o nada»? Porque en Catalunya se demuestra que todo es posible, pero si Madrid vence el pulso, es probable también que arrase con todo, que haya nuevos candados, recentralización...

Sin duda. No hay que desdeñar ese escenario. Si Catalunya sucumbiera, y en eso los vascos tenemos mucho que decir también, cabe prever los peores augurios. Diría más; en cualquier escenario final de este proceso catalán, el futuro es muy negro para Euskal Herria si no acertamos a poner en marcha ese segundo frente. Lo que está claro es que nada va a ser igual ya. Y que en este contexto tiene mucho sentido lo que suele decir David Fernández; si no hay una vía democrática a la independencia, habrá una vía independentista a la democracia.

¿Por qué ha sacado Urkullu en este momento el concepto de «confederación»? ¿Y tiene eso algún recorrido?

Lo atribuyo a que el PNV ve que se está quedando sin margen, sin margen de especulación. Su apuesta por sostener al PP y de utilizar a la vez lo que está pasando en Catalunya para obtener algún tipo de prebenda le puede pasar un precio muy importante si no modifica el rumbo. Maddalen Iriarte le preguntó el jueves si su planteamiento parte de la existencia de un Estado vasco y no tuvo respuesta. ¡Es que no existen Estados confederales, lo que existen son confederaciones de Estados! Y eso implica reconocerse de igual a igual para tener una relación de buena vecindad.

Vista la posición de EPPK, el debate interno en ETA y los mensajes de Madrid de que si se disuelve se acaba el alejamiento, ¿prevé avances aquí?

Con la actitud del Gobierno español no tenemos expectativa, porque ya hemos visto que se sucede una condición tras otra. Primero era el cese de los atentados, luego el cese definitivo, más tarde el desarme y ahora dicen que con la disolución sí que sí. Lo que tenemos muy claro es que el Estado utiliza esta cuestión para bloquear el proceso político, para impedir ese segundo frente, de modo que los presos son ahora más rehenes que nunca. Lo que sí crea expectativa es que hay una mayoría social en favor de solventar esta cuestión e incluso de abordar de manera gradual y escalonada la salida de todos ellos. Por eso insistimos en que hay que hacer una hoja de ruta, un plan, para terminar obligando al Estado a abordar esta cuestión. Fue paradigmático lo que ocurrió el 8 de abril con el desarme; demostró que los estados son poderosos pero no invencibles, su posición puede acabar quebrándose.

Tanto en el proceso político como en la pacificación, ¿cuál sería un objetivo realista allá para junio, al acabar este curso?

En pacificación, haber construido esa hoja de ruta. Y en el proceso político, abrirle ese segundo frente al Estado español. Y creo que ambos objetivos son plausibles.

 

«Tonoa berreskuratu dugu, baina egiteko asko dago»

Birfundazio hitza aukeratu zenuten, Sortun duela urtebete abiaturiko aldaketak definitzeko. Hitz potoloa da hori. Hainbesterako izan al da?

Baietz uste dut. Hala ere, orduan ere esan genuen birdundazioa prozesu bat zela, ez zela gauetik goizera gauzatuko zen zerbait. Urtarrileko Kongresutik hona balantze positiboa egiten dugu, batez ere tono emozionala berreskuratzen ari garelako. Baina gauza asko egiteko dago oraindik.

Presoen auziak premiazko egoerak sortzen ditu etengabe; hor da Kepa del Hoyoren heriotza, esaterako. Honek asko baldintzatzen al du Sorturen lana eta ahalmen politikoa? Presoak prozesu politikoa oztopatzeko erabiltzen dituztela esan duzu zeuk, beste behin ere...

Beren asmoa auzi honekin guri galga jartzea da, dudarik gabe. Horregatik ere esaten dugu, eta Kolektiboak ere esana du, kartzelak lehenbailehen hustu behar direla, Estaturari azpijoko hori eskuetatik kentzeko eta prozesu politikoa azkartzeko. Kalera ateratzen den preso bakoitzarekin elikatzen da prozesua.

Zuk idazkaritza nagusia hartuta, oraindik nabarmenago gelditzen da Sortun belaunaldi berri batek hartu dituela ardurak. Jende berria, molde berriak? Apustua izan da hori edo bilakaera naturalaren ondorioa?

Naturala esango nuke, errelebo kontua da. Bide batez, uste dut gaztetasunaren kontu hau oso gaindimentsionatua dagoela mundu honetan, berrikuntzarena bezala. Kontuz, esperientziari uko egitea da hori eta ez dago hau baino eskuinagokoagoa den politikarik. Joera horrek honelako estres artifizial bat eragin dezake ezkerreko indarretan. Bai, begibistakoa da bataz besteko adina dexente jeitsi dela zuzendaritzan, baina aurreko belaunaldiaren ekarpena ezinbestekoa da. Pepe Mujicak esaten duenez, ez dago mundua bereizterik gazte eta helduen artean, edota emakumezko eta gizonezkoen artean, edota txuri eta beltzen artean; konprometitzen diren eta konprometitzen ez direnen artean banatzen da mundua bereziki, eta zalantzarik gabe aurreko belaunaldiaren ezaugarrietako bat konpromiso handi hori bada. Eta jakina, Arnaldo [Otegi] eta Rafa [Díez Usabiaga] gurekin izatea ezinbestekoa da.

Aralarrek bere burua desegingo duela iragarri berri du, EH Bildu erreferentzia nahikotza jotzen duelako. EAren barruan, aldiz, alde batek EH Bilduren berregituraketarekiko erresistentzia handia agertu du. Non kokatzen da Sortu?

Errespetu osoz hartzen dugu Aralarren erabaki hori, hasteko. Sorturentzat EH Bildu estrategikoa da, baina honek ez du zertan alderdi baten desagerpena ekarri behar. EH Bildu lehenesteak ez du hori eskatzen. Barruan aniztasuna bermatzea ere oso garrantzitsutzat jotzen dugu, ez homogeneizatzea alegia. Aristoteles-ek esan zuen bezala, orekan dago koxka. EH Bilduren prozesuan jada adierazi genuen koalizioaren, alderdiaren zein mugimenduaren ezaugarriak barneratzea –hiruak batera– zela arrakastaren giltza.