M.I.
LAS HIJAS DE ABRIL

De las malas madres a la que todavía es peor

Frente al arquetipo de la madre coraje, el mexicano Michel Franco presenta el de la madre despiadada que no duda en expoliar a sus propias hijas. Este duro y cargado melodrama azteca causó revuelo a su paso por el festival de Cannes, del que se llevó el Premio del Jurado dentro de la sección Un Certain Regard, en la que este mismo director ya había ganado el premio de Mejor Película con “Después de Lucía” (2012).

“Las hijas de Abril” tiene ecos del cine de Buñuel, porque recupera el rol de la villana española, aquí interpretado por Emma Suárez. De esta forma reinstala la tradición nacional que adjudica a este tipo de mujer fatal el simbolismo de la llamada “madre patria”, con connotaciones claramente colonialistas. Por el lado nativo, las hijas de la protagonista del título viven cómodamente en una casa de playa en Puerto Vallarta, hasta que la menor se queda embarazada con 17 años, acontecimiento que provoca el regreso al hogar de la figura materna. Esta se aprovecha de que la mayor es una treintañera irresponsable, pues se ve acomplejada por sus kilos de más y se siente insegura. La abuela del bebé viene dispuesta a robarles todo.