E l ultracatólico Pablo Moreno ya hizo una declaración de intenciones con su película “Un Dios prohibido” (2013), sobre el martirologio de religiosos católicos en la guerra del 36. Después se ha metido en sendos homenajes a órdenes que cumplen su aniversario con “Poveda” (2015) o “Luz de soledad” (2016). En lo tocante a “Red de libertad” son cuatrocientos los años que se conmemoran del nacimiento de la Orden de San Vicente de Paul. Con tal motivo recupera la figura de Sor Helena Studler, que durante la ocupación alemana en la II Guerra Mundial se puso la frente de las hijas de la caridad para salvar a reos de los campos de concentración del exterminio nazi. Entre los refugiados ilustres que le deben la vida se encuentran François Miterrand o el general Giraud.

Al margen de su ideología integrista, las películas de Pablo Moreno son dramas de época con serios problemas de ambientación por culpa de la limitación presupuestaria y la falta de imaginación en el diseño artístico. Otro tanto se puede achacar a los repartos colectivos, muy nutridos y voluntariosos, pero mal dirigidos. Las interpretaciones resultan impostadas y faltas de naturalidad, con lo que el conjunto pierde credibilidad.