En marzo de 2015, un desconocido equipo de la tercera división sueca estuvo cerca de vivir en primera persona la tragedia del avión que con salida en Barcelona y destino Düsseldorf acabó estrellado en los Alpes franceses, dejando tras de sí un reguero de 144 cadáveres. Cambiaron los billetes del vuelo en el último momento. Hablamos del Dalkurd FF, de la localidad de Borlänge, de cerca de 50.000 habitantes, al sur del país escandinavo. Un modesto club que ha vuelto a vivir otro milagro mucho más terrenal pero igualmente vital, como es su primer ascenso a la máxima categoría del fútbol del país. Sería otra historia más sino fuera porque se trata de un equipo fundado en 2004 por nueve refugiados kurdos y que tras siete ascensos, cinco de ellos de manera consecutiva, se acaba de hacer un hueco en la élite balompédica, convirtiéndose, además, en prácticamente el otro equipo nacional del Kurdistán, con permiso del Erbil SC que no hace tanto alcanzó la final de la Copa Asiática, enarbolando orgulloso la bandera de su país.

Unos cien mil inmigrantes de origen kurdo residen en Suecia y la página de Facebook del club tiene 1,5 millones de seguidores. Lawan, autor del gol que le dio el ascenso matemático hace unos días, es nacido en Suecia, pero sus progenitores huyeron del Kurdistán en la década de los ochenta. Lo que nació en su día como una iniciativa social para la juventud se ha consolidado como un proyecto futbolístico que sigue sin renunciar a su origen, incluso creando si así se lo demandan un grupo de baile. Su cantera rebosa con cerca de medio millar de jóvenes, todos con la innegociable mentalidad de ganar cada partido. Y con la misma idea competirán la próxima temporada en la Allsvenskan, compartiendo estadio con el club originario de Börlange, el IK Brage, que no se lo pone nada fácil para seguir adelante.

«Nos enfrentamos a ellos en tercera, nosotros ascendimos y ellos no, así que siempre tratan de hundirnos. En el estadio ellos tienen cinco oficinas, nosotros ninguna... No nos ponen agua caliente en los entrenamientos, ni siquiera recibimos el correo allí, lo tenemos que recibir en casa. Así que estamos estudiando trasladarnos a otra ciudad», revelaba en abril pasado a la web Undergroundfootball, Adid Kizil, director deportivo e hijo de uno de aquellos fundadores del club. Uno de cada cuatro votantes de esta población simpatiza con el partido ultraderechista sueco.

El Dalkurd FF ha hecho historia. Y no se quiere quedar ahí. Su nuevo sueño es llegar un día a jugar competición europea. Se imaginan ya haciéndolo contra un rival turco, apoyados allí por millones de kurdos. «Por cada partido ganado es una sonrisa para un kurdo», desliza Kizil.

El ostracismo de Ben Arfa

Pidiendo la hora pero haciendo historia, también el fútbol ha reservado su particular milagro para el Lhasa FC, que ha logrado finalmente el ascenso a la segunda división china, siendo el primer equipo tibetano que llega tan alto, tanto como la propia capital Lhasa. Su origen data de apenas hace dos años y con una mezcla de futbolistas locales y Han –enviados por China para ‘repoblar’ el Tibet–, han puesto al país del Dalai Lama en el mapa futbolístico. Los grandes del balompié chino quizá empiecen ya a tener ‘mal de altura’ solo con pensar que quizá en un futuro tengan que jugar a 3.700 metros de altitud, en un estadio para unas veinte mil personas y cuya única tribuna mira de frente al Himalaya.

Donde no tienen motivos para sonreír es en Lille. La llegada de Marcelo Bielsa despertó mucha expectación, tanta como su primera victoria en el estreno liguero. Hoy, el equipo suma 6 puntos de 33 posibles, es penúltimo en Ligue 1 y no gana desde agosto. Este fin de semana, nueva derrota, por 0-1, ante su ex el Marsella, a pesar de no haberse merecido perder. Todo lo contrario de lo que sucede en Nantes, a donde llegó este verano ese viejo obrador de milagros llamado Claudio Ranieri, que ha colocado a ‘los canarios’ en la quinta plaza de la tabla, con solo diez goles encajados en once jornadas, algo que caracteriza el ‘resultadismo’ del italiano. Y eso que empezó el campeonato cayendo 3-0 ante Bielsa.

El PSG sigue de sólido líder pero en el club parisino no todos los comentarios se los llevan Neymar o Cavani. En el ostracismo más puro está uno de esos futbolistas que prometían tanto como defraudaron después. El único regate capaz de competir con el de Messi. Se trata de Hatem Ben Arfa, el talentoso fichado por el PSG y que lleva siete meses sin ser convocado, relegado al filial... y cobrando 7 millones de euros al año. Infancia dura, su privilegiada zurda le salvó seguramente de la delincuencia, pero su cabeza nunca acabó de estar amueblada. Estrella en ciernes con solo 17 años, debutó en el Lyon a esa edad, hasta que una pelea con un compañeró acabó con él en el Marsella, donde no faltó algún otro ‘enganchón’, y de ahí al Newcastle con 23 años.

El franco-tunecino deslumbró en las ‘urracas’ y a la vez quedó lastrado por reiteradas lesiones, acabó en el Hull City donde por contrato tenía prohibido enfrentarse a su exequipo y lo que hizo fue presenciar el partido sentado entre los fans del Newcastle. Anunció su retirada, el Niza le convenció y se enroló en sus filas hace dos años, anotó 18 goles y seis asistencias, volvió a triunfar, negoció con los mejores clubes europeos y acabó fichando por el PSG, el equipo de sus amores desde los diez años. Ahí, su carácter díscolo no ha terminado de convencer a Unai Emery, que le puso una cruz casi desde el primer día. Relegado al filial a razón de 7 ‘kilos’ al año.

El Bayern de Jupp, líder

Malos tiempos para él como para el modestísimo Benevento, debutante en la Serie A, con cero puntos en once jornadas. Del sueño a la pesadilla, récord histórico de derrotas en el Calcio para este club ubicado geográfica en mitad de la bota italiana, rivalizando con Nápoles, y conocida su ciudad por las leyendas sobre brujas, la misma que preside el escudo del equipo. Esta jornada cayó 1-5 a manos de la Lazio –octavo triunfo seguido– de un desatado Ciro Inmobile, el delantero de moda que firmó un triplete y ya suma 14 tantos. Uno menos, dos goles, fueron los que marcó un cuestionado ‘Pipita’ Higuaín en el 0-2 de la Juventus en casa del Milan.

Les cuesta a los juventinos, todo lo contrario del cambio dado por el Bayern. En 2013 Jupp Heynckes gana todo con los bávaros y se retira; cuatro años después vuelve, y tres semanas de trabajo y cinco victorias consecutivas han bastado para que el campeón alemán vuelva al liderato. Y si 200 suman los años de Jupp más los de sus dos ayudantes, solo 17 tiene Jann-Fiete, recién llegado del Mundial juvenil de la India donde anotó 5 tantos, y esta jornada jugó con el Hamburgo y marcó. Ese Mundial ganado por Inglaterra, donde el MVP fue Phil Foden, ojito derecho de Guardiola en el City.