Joseba VIVANCO
MUNDIAL RUSIA 2018

Todo empezó con Chiquito

Perú y Nueva Zelanda se jugaban de madrugada la última plaza de una citamundialista cuyas clasificatorias comenzaron con un gol de Timor Oriental.

Puede sonar a chiste con el malogrado Chiquito de la Calzada aún esperando a que San Pedro deje entrar en el cielo al primer ‘pecador de la pradera’, pero si les digo que el primer gol en la fase de clasificación para el Mundial de Rusia lo marcó el 13 de marzo de 2015 un jugador de la humilde selección timorense de nombre Chiquito do Carmo, háganme caso y créanselo. Fue ante 9.000 espectadores, muchos aupados en las columnas de iluminación o en tejados aledaños al campo, en la eliminatoria previa entre las doce selecciones asiáticas con peor bajage en el ránking FIFA y en un desapercibido para el resto del mundo mundial Timor Oriental-Mongolia. La cosa terminó 4-1, una década después de que los primeros obtuvieran estatus de selección oficial tras independizarse de Indonesia. ‘Quito’, como cariñosamente apodan a este ‘fistro’ de delantero, anotó dos tantos y su nombre quedó así impreso en la intrahistoria de la Copa del Mundo de 2018. Esa en la que en la misma jornada inicial, la peor selección de fútbol, Bhutan, que por primera vez jugaba una eliminatoria mundialista, ganaba por un solitario gol a Sri Lanka. Concluida esta pasada madrugada la larguísima fase clasificatoria con el Perú-Nueva Zelanda, solo queda añadir que ahora mismo el farolillo rojo en el ránking FIFA lo ocupa Tonga, la única nación del Pacífico que nunca ha sido colonizada, de entre 206 países, y Bhutan ocupa el puesto 190, dos por delante de Timor Oriental.

Precisamente peruanos y ‘kiwis‘ dirimían esta pasada noche el último billete para Rusia. El máximo mandatario del país sudamericano había prometido día de fiesta nacional de clasificarse la franjirroja para una cita mundialista 36 años después de la última vez, en tanto que de ganar Nueva Zelanda sería la segunda selección oceánica en hacerlo tras el incontestable triunfo este miércoles de sus vecinos australianos ante Honduras, 3-1, tras empatar sin goles en la ida.

Australia ha jugado 21 partidos

Hace unos diez años, Australia decidió competir en la Confederación asiática en lugar de hacerlo en la oceánica. Aunque pareció un paso atrás, por la dificultad y competitividad de la zona, los socceroos no se han perdido ni un Mundial desde entonces y eran tres seguidos. Esta vez, su capitán y jugador del Aston Villa Mile Jedinak pasará a la historia del país como el que llevó a su selección a Rusia con un triplete: uno de falta y dos de penalti. Será el cuarto Mundial consecutivo para ellos y, ojo, también para el gran Tim Cahill, a sus 37 años. Por cierto, los oceánicos han sido el combinado que más partidos ha tenido que disputar para llegar hasta aquí, 21 nada menos, que les ha supuesto viajar 169.000 kilómetros en estos dos años; la distancia más larga fueron los 13.953 de ida y vuelta hasta la lejana Jordania, si exceptuamos los 13.976 hasta Honduras.

Australia estará acompañada el año que viene como representante ‘asiática’ por Irán, Japón, Corea del Sur y Arabia Saudí, la misma Arabia Saudí que acaba de anunciar que permitirá la presencia de mujeres en los estadios a partir de 2018. Como en Irán, allí la mujer necesita la aprobación del hombre para viajar, operarse, trabajar o incluso acceder a la universidad. Lo del fútbol es un pasito. Solo eso.

Ellos y, esperemos que ellas, seguirán seguro muy de cerca el Mundial ruso, ese en el que estará la Dinamarca del fantástico jugador del Tottenham Christian Eriksen, que con solo 25 años ya figura como el máximo goleador danés en fases de clasificación mundialistas, empatado con los históricos Preben Elkjaer Larsen, Soren Larsen y Jon Dahl Tomasson. La cruz de la moneda fue la República de Irlanda, que siguió los pasos de su ‘hermana’ del Norte, eliminada, con lo que en Rusia no habrá representación gaélica, ni galesa ni tampoco de quien jugó el primer partido internacional de la historia hace más de 140 años, hablamos de Escocia.

Lukaku, máximo goleador belga

Sí estará Inglaterra en ese sorteo que tendrá lugar el 1 de diciembre en el Palacio del Kremlin moscovita. En él entrarán las 24 selecciones clasificadas, cruzando todas ellas los dedos para que la suerte les depare rivales asequibles dentro de lo posible. La mayoría mirará a ese bombo 1 en el que se sabe ya fijo se rifarán a Rusia, Alemania, Brasil, Portugal, Argentina, Polonia, Francia y la Bélgica de un Romelu Lukaku, el poderoso delantero de 24 años del United, que el martes marcó en un amistoso contra Japón y se convirtió en el máximo goleador histórico de los ‘diablos rojos’, con 31 dianas, superando a Paul Van Himst, a quien tuvo como mentor con 14 años en el Anderlecht. El padre de Lukaku, Roger, llegó a jugar la fase de clasificación para la cita mundialista de EEUU en 1994, vistiendo los colores de Zaire.

España, junto a Suiza, Inglaterra, Colombia, México, Uruguay y Croacia, conforman el bombo 2, a falta de saber si estará también Perú o Dinamarca dependiendo de lo que hicieran anoche peruanos y neozelandeses. La cuenta atrás comienza de verdad ese 1 de diciembre, esa en la que todavía duele la ausencia final de Italia. Incluso en lo económico y si no que se lo pregunten a la marca deportiva Puma, patrocinadora de La Nazionale, que vendía desde hace días en Italia la camiseta que iría a lucir en Rusia a 150 euros la oficial y 90 la réplica. Golpe durísimo para esta firma que ha visto cómo otras selecciones a las que viste, caso de Camerún, Costa de Marfil, Ghana, República Checa o Austria, también han descarrilado en sus objetivos.

Una generación de grandes futbolistas italianos ha perdido su último tren a un Mundial y a la Federación transalpina le toca resurgir de sus cenizas. Precisamente tras el fiasco de la Eurocopa de 1992 se recurrió entonces al gran Arrigo Sacchi; hoy, el que suena es Carletto Ancelotti, que empezó en los banquillos como ayudante del primero.

Y no, no será un Mundial menor porque falte la tetracampeona, o la Chile abanderada de la Copa América, la Holanda venida a menos, la Camerún abonada a esta cita, o incluso EEUU y el mercado potencial que su presencia hubiera supuesto. Porque un Mundial es un Mundial, en Rusia y en Timor Oriental. ¡Por la gloria de mi madre!