Miguel FERNÁNDEZ IBÁÑEZ
ANKARA
Elkarrizketa
TEMEL KARAMOLLAOGLU
LÍDER ISLAMISTA TURCO Y OPOSITOR AL GOBIERNO

«Erdogan se está equivocando pero rechazamos la vuelta del orden anterior»

Desde hace un año es el líder de Saadet Partisi, formación heredera del legado de Necmettin Erbakan, el gran representante del islam político turco que desde los años 70 intentó alterar las rígidas bases kemalistas que históricamente coartaban los derechos básicos de piadosos y minorías. Hermana y rival del AKP de Erdogan, denuncia sus errores pero rechaza un regreso al viejo orden «laicista».

La palabra ilegalización no es extraña para el islam político turco y, por tanto, tampoco para Temel Karamollaoglu, enrolado, de la mano de Erbakan, en cada una de las experiencias del Milli Görüs, el movimiento islamista de referencia hasta la llegada del Partido Justicia y Desarrollo (AKP). Selamet Partisi fue ilegalizado tras el golpe de Estado de 1980. Refah Partisi llegó al poder en los comicios de 1995, pero los militares protagonizaron en 1997 el conocido como golpe de Estado moderno. Pero Erbakan no desistió: volvió al ruedo, esta vez bajo el Fazilet Partisi, y de nuevo fue ilegalizado, en 2001, después de que una de sus diputadas se negara a quitarse el velo en el Parlamento. Fue entonces cuando el Milli Görus se dividió en dos grupos: el AKP, que domina Anatolia dese hace 16 años, y Saadet Partisi, en la que continuó Erbakan hasta su muerte en 2011 y que es considerada la segunda opción para la mayoría de los piadosos, es decir, los votantes de Recep Tayyip Erdogan.

En un momento de extrema tensión social, en la que la oposición hace piña para derrotar al presidente en los comicios previstos para 2019, Saadet Partisi tiene mucho más que decir que el apoyo electoral que refleja: alrededor de un 2%. Porque la erosión del AKP y el descontento de sus votantes están ensalzando la inmaculada figura de Erbakan. El primer síntoma se vio en el pasado referéndum constitucional: en Sivas, región de la profunda Anatolia en la que Karamollaoglu fue un apreciado alcalde, los 6 puntos del Saadet Partisi se convirtieron en «noes». Su líder atiende a GARA en la sede central del partido..

¿Cuáles de los preceptos de Erbakan aún siguen en vigor??

Los principios básicos del Milli Görüs son derechos humanos, paz y ley, Si queremos vivir en paz, en el mundo tiene imperar la justicia. Por desgracia, Occidente no puede establecer este orden. Ellos anteponen sus intereses a los derechos humanos. Trump no habla de ley y orden, dice «América primero» porque solo puede mirar por sus ciudadanos. Tras EL 11-S, si se mira la política de Bush, todo es increíble. El ejemplo son las torturas en Guantánamo. Para la paz, en lugar de opresión y dobles estándares, se necesitan entendimiento y derechos humanos.

Entonces, la tradicional postura anti-occidental de Erbakan sigue presente.

No estamos en contra de Occidente y menos aún de su gente, que estamos seguros de que nos entenderían si pudiéramos hablar abiertamente con ellos.

Turquía parece acercarse a Rusia y China. ¿Realmente difieren mucho de Occidente?

¡No! Pero a día de hoy Rusia es un peligro menor que EEUU o Europa. Mañana no sabemos cómo defenderá sus intereses, pero hoy es la mejor opción para traer paz a Oriente Medio. Porque contra EEUU se necesita a alguien poderoso, y ambos países saben que no van a llegar a la guerra. Siempre están listos para sentarse a la mesa y a eso es a lo que aspiramos. Todo ello sin olvidar que los países musulmanes tenemos que ir juntos para proteger nuestros intereses sin alejarnos de los valores esenciales, porque entonces seríamos más de lo mismo..

Teniendo la marca Erbakan, ¿por qué no pudieron alcanzar nunca el éxito del AKP?.

Había mucha presión sobre el profesor Erbakan y sus partidos. Insistían en que el Ejército no le iba a permitir nunca llegar al poder. Erdogan lo entendió perfectamente. Y cuando decidió separarse del Milli Görüs, la gente creyó que era un plan urdido por el propio Erbakan. No era así, pero apoyaron a Erdogan. Fue un malentendido. A la vez, el AKP proyectó en Occidente que no eran seguidores del Milli Görüs, insistía en que querían ser parte de Europa y aliarse con EEUU e Israel, y aseguraron que reforzarían el capitalismo privatizándolo todo. Nosotros no estamos en contra del libre mercado, pero creemos que las áreas esenciales tienen que ser dirigidas por el Estado.

Puede que la sociedad quisiera ese giro pro-occidental.

Hay que reconocer que entonces hasta cierto punto había una inclinación. Pero fue utilizada por Erdogan. Pero mire ahora, cómo está enfrentado con todos.

Entonces Erdogan jugó mejor en el terreno político.

Creía en ello, pero se ha dado cuenta de que la UE no respeta a Turquía. Porque Europa tiene otra forma de concebir la civilización, construida en torno a su cultura. Europa la entiende desde el cristianismo, y no encaja con nosotros. Somos dos sociedades, nos podemos comunicar, pero no unirnos. No queremos una guerra y se trata de buscar la coexistencia pacífica.

Son la segunda opción de voto entre los piadosos. ¿Serán esa alternativa con Erdogan o habrá que esperar al final de su carrera política?

Nuestras políticas no han cambiado y tarde o temprano serán aceptadas por la sociedad. Saben que decimos la verdad. Y en las próximas elecciones es muy probable que haya un cambio de gobierno.

¿Puede confiar en unos comicios justos tras las irregularidades en el pasado referéndum constitucional?

Sí. Cuando decimos justos al menos esperamos que nadie interfiera en los votos. Pueden manipular un número determinado, pero el sistema de control en Turquía es férreo: en cada lugar hay representantes de cinco partidos y pueden interponer recursos si hay discrepancias en las urnas.

Sectores kemalistas tildan a menudo de «ignorante» a la sociedad de la profunda Anatolia. ¿Por qué allí siguen apoyando a Erdogan?

No es por ignorancia, sino por la dilatada opresión que han vivido, especialmente en su creencia. La llegada de Erdogan les entregó cierta libertad: no tenían problemas para rezar si eran funcionarios y las mujeres podían usar velo. Esto es lo que quieren. No quieren que vuelva el antiguo orden. Pero ahora hay una fuga por los errores del Gobierno. El pueblo no está contento con la economía, la inflación y el desempleo. Todo el mundo tiene deudas. Y además, ahora no pueden confiar ni siquiera en la justicia..

Pese a que en el pasado referéndum solo obtuvo votos panturcos del oeste de Anatolia, se presenta a Meral Aksener, disidente del MHP, como la mejor opción para derrotar a Erdogan. ¿Lo ve así?

Aprecio algunas de sus cualidades, pero no va a obtener el apoyo de las masas. Tendrá un apoyo que no será suficiente para conjugar a toda la sociedad. Por el contrario, nosotros tenemos esa habilidad. El público nos escucha y nos entiende. Sin duda, Saadet Partisi se convertirá en el factor decisivo de las próximas elecciones.

Viendo la Turquía actual, ¿qué le diría Erbakan a Erdogan?

Le diría que en lugar de usar la fuerza hay que invitar a todos a la mesa, unir a todos los países de esta región.

¿Cuáles son los efectos de Erdogan en el Milli Görüs?

El poder es un instrumento peligroso y el poder absoluto es absolutamente peligroso. Él solo podrá cambiar sus políticas cuando se dé cuenta de que no van a funcionar. En los años 70, 80 y 90 resolvíamos los problemas con el entendimiento del Milli Görüs, diferente al de otros partidos islámicos, que han sido estrechos de miras.

¿Entonces un buen musulmán no debería votar a Erdogan?

Es el gran problema. La sociedad se ha dado cuenta de que no se ha respetado el mundo islámico. Pero esto va cambiar ,al igual que el AKP.

Erbakan estaba en contra de Fethullah Gülen, acusado de dirigir la fallida asonada de 2016. ¿Había otra forma de terminar con el antiguo orden sin aliarse con él?

Al igual que el AKP, algunos partidos de izquierda y derecha han colocado a seguidores gülenistas en sus formaciones. Nosotros somos la excepción. Todos querían su apoyo, pero si hubieran conocido sus intenciones nadie habría colaborado. Se infiltraron en cada rincón del Estado y nadie se dio cuenta hasta que ya fue muy tarde.

¿Tampoco Erdogan?

Se ha dado cuenta de sus errores, pero si él pudo equivocarse otros también tuvieron derecho a hacerlo. Por consiguiente, tiene que establecerse una diferenciación entre golpistas y simpatizantes, aquellos que seguían sus creencias. Pero tampoco podemos olvidar que sin el apoyo de otros países no podría haber orquestado la asonada. Por eso Erdogan está en lo correcto cuando apunta a Occidente.

¿Cuál es su posición con respecto al conflicto kurdo?

Las interferencias extranjeras, en lugar de ayudar a resolver el problema, lo van a empeorar. Si los países de Oriente Medio se unen, serán capaces de solucionarlo. Sé que no es fácil, pero es el único camino.

¿Reconocería una autonomía?

Tenemos que sentarnos juntos para llegar a una solución. Pero no es un buen momento para responder a esta pregunta.