GARA
Madrid

Navajas asume de manera provisional las funciones defiscal general del Estado

Tras la repentina muerte del fiscal general del Estado, y como dicta la norma, el teniente fiscal del Supremo y exfiscal durante 16 años en Donostia, Luis Navajas, asumirá su cargo. Cambian los nombres, pero previsiblemente no la política de querellas contra Catalunya.

Luis Navajas, exfiscal jefe de la Audiencia de Donostia durante dieciséis años y actual teniente fiscal del Tribunal Supremo, se hará cargo en funciones de la Fiscalía General del Estado hasta que se produzca el relevo de José Manuel Maza, fallecido de forma repentina en Buenos Aires.

Este relevo, acorde a la normativa que estipula que en caso de ausencia o enfermedad es el teniente fiscal del Supremo quien sustituye al fiscal general, aupará a Navajas a un cargo desde el cual su antecesor Maza se ha mostrado siempre muy crítico y virulento con el proceso de autodeterminación de Catalunya. Sin importarle las apariencias de imparcialidad, su gestión había confirmado la idea de que esa institución en un mero negociado del Gobierno y funciona como correa de transmisión. De la Fiscalía General partieron las querellas que han llevado a la cárcel a la mitad del Govern de Catalunya, acusados de sedición, rebelión y malversación.

Pero en ese afán, Maza no actuó solo. De hecho, el nuevo fiscal general en funciones trabajó codo con codo con Maza en la batería de querellas contra los legítimos representantes del pueblo de Catalunya, con su president Puigdemont y la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, a la cabeza, y acompañó personalmente al fiscal fallecido en la presentación de las mismas. Días antes, Navajas ya advirtió en declaraciones públicas que el Ministerio Fiscal adoptaría «con firmeza», «todas aquellas medidas y resoluciones» para revertir «el agravio al Estado» que en su opinión suponían las acciones de la Generalitat.

A la espera de conocer quién será el nuevo fiscal general, que es nombrado y cesado por el rey español a propuesta del Gobierno y que debe contar con el aval del Consejo General del Poder Judicial y con el beneplácito del Parlamento, se espera que aun haciéndose rápido este proceso, dure como mínimo dos o tres semanas.

Y en víspera de las elecciones del 21 de diciembre, con los representantes del pueblo catalán en prisión o el exilio, la pregunta que queda en el aire es en qué medida puede afectar este nueva situación en la Fiscalía a esas querellas, si el cambio de un fiscal general traerá cambios o no, y todo ello a la espera de que, previsiblemente, el Tribunal Supremo unifique todas las causas. Sin embargo, los medios catalanes no se mostraban especialmente optimistas de que las cosas pudieran tomar un rumbo diferente.