Nekane Alzelai y Agus Hernan
Portavoces del Foro Social Permanente
GAURKOA

El año del desbloqueo

En este final de año 2017, desde el Foro Social Permanente queremos echar la vista atrás y poner en valor todos los avances logrados este año en el camino de la paz en Euskal Herria. Es conocido cómo desde 2011 se habían ido enquistado una serie de bloqueos múltiples que estaban impidiendo avanzar en la construcción de una convivencia en paz en nuestra tierra. Solo un dato: a finales de 2016, la Ponencia de Paz y Convivencia del Parlamento Vasco ni siquiera había logrado reunirse en 4 años y el desarme no encontraba un camino de salida.

Pues bien, ya se puede decir sin temor a equivocarse que el 2017 ha supuesto un cambio de paradigma en el proceso de paz. Un cambio que se sustenta, sobre todo, en los resultados tangibles logrados este año: desarme de ETA, avances notables en la cuestión de las victimas (Parlamento Vasco y actos de reparación) y construcción de nuevos espacios de acuerdo sobre el cambio de la política penitenciaria.

Pero también es necesario poner en valor el método empleado para lograr varios de estos avances. Los acuerdos triangulares entre las instituciones vascas, la comunidad internacional y la sociedad civil. Y además, desde el punto de vista del Foro Social, hay que subrayar una cuestión por encima de todas: el liderazgo y la confianza adquirida por la sociedad civil.

En realidad, el año empezó en Luhuso el 16 de diciembre de 2016, cuando la opinión pública conoció el resultado de un largo proceso de conversaciones entre los actores implicados en torno a cómo se debía realizar el desarme de la organización ETA. Las detenciones de Luhuso, lejos de abortar el que luego se ha denominado como «modelo vasco al desarme» (objeto de estudio en foros de todo el mundo), supusieron la confirmación de que la sociedad civil organizada era capaz de llegar más lejos y de forma más eficaz, superando obstáculos que parecían infranqueables. El desarme fue total y ordenado, verificado por la comunidad internacional, con la colaboración del Gobierno francés, y totalmente transparente. Era 8 de abril.

A partir de ese día, y como consecuencia de él, se comenzaron a desbloquear otras cuestiones que permanecían también estancadas. Estamos hablando sobre todo de el diálogo abierto en el seno de la Ponencia Memoria y Convivencia del Parlamento Vasco y el diálogo abierto en torno a la reintegración de las personas presas, el fin del alejamiento, la libertad de personas presas enfermas, etc.

La primera, y como no podía ser de otra manera, la cuestión de las víctimas es nuclear en el carril central de la sociedad que aspira a construir el Foro Social Permanente. Una cuestión que exige tacto, paciencia y, sobre todo, no equivocarse. Todas las víctimas de todas las expresiones de violencia necesitan verdad, justicia y reparación, sin ambigüedades ni equidistancias. En ello ha trabajado el Foro este año, la mayoría del tiempo de manera discreta.

En la cuestión de las personas presas, durante estos últimos meses se han sucedido declaraciones, acuerdos, mociones, manifiestos y ruedas de prensa conjuntas de la inmensa mayoría de partidos políticos y la totalidad de los sindicatos. Tanto en la Comunidad Autónoma Vasca como en Navarra.

Lo que antes era anecdótico y se calificaba de histórico, a finales de 2017 casi se puede decir que es lo normal: las distintas sensibilidades políticas y sindicales están de acuerdo en la necesidad de la verdad, justicia y reparación para todas las víctimas de todo tipo de expresiones de violencia y en un cambio sustancial en la política penitenciaria.

Mención aparte merece el trabajo realizado desde Ipar Euskal Herria de cara a la situación penitenciaria de las personas presas en el Estado francés. Van un par de pasos por delante y desde el Foro Social Permanente creemos que es un ejemplo del que aprender porque han sabido conjugar la transversalidad con la eficacia.

Sin embargo, quisiéramos destacar un ámbito de trabajo que está cambiando la manera de abordar esta delicada cuestión. Nos referimos a la visualización de la violencia padecida por las mujeres en el contexto del conflicto político. Recordemos los emocionantes testimonios de las mujeres que participaron en el acto organizado en Bilbao el pasado 8 de octubre.

Para el Foro Social Permanente también ha sido al año de la verdad. Como recordarán, el primer Foro Social se organizó en 2013 y en él se logró consensuar una serie de doce recomendaciones para impulsar el Proceso de Paz. Con el objetivo de trabajar para hacer realidad estas recomendaciones, el Foro Social Permanente se presentó en Aiete el 22 de octubre de 2016, en un ambiente de bloqueo casi total. Un año después, quien quiera hablar del desarme y la desmovilización de ETA y quiera construir acuerdos sobre reintegración de personas presas, convivencia y paz, sabe que tiene en el Foro Social Permanente un aliado que cumple.

Hoy en día, la mayoría de los actores, desde el PP o el PSE a la izquierda abertzale, pasando por el PNV, Elkarrekin Podemos y EH Bildu, desde el Gobierno Vasco al Navarro, desde el sindicato más grande hasta el que menos afiliación tiene, desde las personas presas y huidas hasta las organizaciones que trabajan en la construcción de la paz, todos ellos, conocen y reconocen al Foro Social Permanente.

Este año hemos bajado la persiana de nuestra “Gogoetabide”, comisión que se ocupaba del desarme. Esperemos ir cerrando las persianas del grupo para la reintegración de personas presas, deportadas y huidas. Un trabajo que no se cerrará nunca será el de la memoria. Porque nunca debemos olvidar lo ocurrido.

No será fácil, como no lo fue desbloquear el desarme y no lo está siendo la desmovilización de ETA o abrir espacios de diálogo y acuerdo sobre las victimas, la convivencia, la memoria o el cambio de política penitenciaria. No es fácil, pero si la sociedad civil quiere, seguro que puede.

El Foro Social Permanente adquiere un compromiso para 2018 que pensamos une a toda la sociedad vasca: trabajar, con humildad, por la construcción de una convivencia sin vencedores ni vencidos, que resuelva todas las consecuencias del conflicto. Y en ese camino no nos vamos a resignar. Vamos a perseverar en resolver las consecuencias del conflicto, en alcanzar una resolución integral, única garantía de no repetición.