A.U.L.
Internacional

Profesionales sin sueldo, una lacra sin fronteras

«Reinvidindicación» ha sido una de las palabras del año. Son muchas las selecciones que se han plantado ante el maltrato de sus Federaciones –la subcampeona europea Dinamarca renunció incluso a disputar un partido oficial–, que empiezan a reaccionar.

Los acuerdos y mejoras van llegando pero, con el siglo XXI empezando a tomar carrerilla, el camino por recorrer es todavía amplísimo. Buena muestra de ello son las conclusiones a las que ha llegado FIFpro –la organización mundial que representa a más de 60.000 futbolistas– a raíz del estudio realizado por la Universidad de Manchester en base a la encuesta realizada a más de 3.500 jugadoras de elite. El optimismo siempre es bienvenido pero 2017 acaba con una ración de realismo, igualmente necesario.

El principal titular del estudio, realizado con futbolistas que juegan para sus selecciones y en la primera división de un campeonato nacional –incluyendo ligas como la inglesa, alemana, francesa, sueca o estadounidense–, es que, en su inmensa mayoría se trata de jugadoras profesionales en cuanto a exigencia pero aficionadas en cuanto a contraprestaciones. Y es que aunque el sueldo medio mensual de la futbolista de elite es de 600 dólares, un 50% de ellas no recibe salario alguno. Y de las que sí cobran, dos tercios se sitúan por debajo de esos 600 dólares mensuales. La mitad de las jugadoras ni siquiera tiene un contrato.

Así se explica que el 76% de ellas combine la práctica del fútbol con los estudios o un trabajo remunerado y que una aplastante mayoría, el 90%, augure una retirada temprana, tanto por cuestiones económicas y profesionales como por las complicaciones que entraña la formación de una familia. Sólo el 2%, de hecho, tiene hijos.

Y no es una cuestión exclusiva de los clubes. El 35% de las internacionales no reciben dinero de sus selecciones. Y las que sí lo hacen se ven muy minusvaloradas respecto a sus homólogos masculinos.

El estudio completo está disponible en la dirección www.fifpro.org.