Iraia OIARZABAL
HERNANI
LA CUESTIÓN CARCELARIA

Dos familiares con graves heridas tras el último accidente de tráfico

La madre y la tía de la presa Marta Igarriz, que junto a su hermana sufrieron un aparatoso accidente el pasado miércoles al volver de una visita en Castelló, siguen en observación a causa de las graves heridas sufridas. Se trata del noveno accidente causado por el alejamiento en este 2017, ante lo que Etxerat reclama el fin de la excepcionalidad.

«Estos son los resultados de la cruel política de dispersión, fracturas, dolor, sufrimiento, víctimas y por desgracia muertos». Así relataron ayer en Hernani los portavoces de Etxerat Urtzi Errazkin y Patricia Velez los efectos del alejamiento de sus seres queridos en cárceles españolas y francesas. Acompañados de decenas de familiares y amigos de represaliados vascos, denunciaron el último accidente ocurrido por esta causa el miércoles, cuando familiares de la presa hernaniarra Marta Igarriz regresaban de una visita en la cárcel de Castelló I.

Ane Igarriz, hermana de la presa y damnificada en el accidente, acudió a la convocatoria visiblemente afectada por la gravedad de los hechos. Agradeció el apoyo recibido y recordó que en el accidente resultaron heridas más personas y varios coches se vieron implicados.

Como consecuencia de las graves heridas sufridas, la madre y la tía de la presa continuaban ayer en observación en la Policlínica. Según informaron, la madre tiene seis costillas rotas y dos vértebras aplastadas, mientras que la tía sufre una rotura del esternón.

El siniestro tuvo lugar tras atravesar el segundo túnel a la altura de Leitza, cuando el vehículo perdió adherencia debido a la nieve que había cubierto la calzada y colisionó con otro vehículo que se encontraba estacionado en el arcén tras haber sufrido otro accidente. La hermana y la tía de Marta Igarriz pudieron salir del coche por su propio pie, no así la madre que tuvo que ser sacada.

Con este último son ya nueve los accidentes ocurridos este año como consecuencia del alejamiento aplicado a los presos vascos. En total 20 personas han resultado heridas, cuatro de ellas de gravedad. Una política que, como remarcó Etxerat, ha provocado durante sus 28 años de aplicación que 16 personas hayan perdido la vida.

Un balance gris

Ante este nuevo episodio, el colectivo de familiares advirtió de la urgencia de acabar con las políticas de excepción y recordó casos de suma gravedad ocurridos este año como la muerte de Kepa del Hoyo en la cárcel o de Belen González en prisión atenuada, la situación de presos gravemente enfermos como Ibon Iparragirre, Oier Gómez y Mikel Otegi o la difícil situación de Sara Majarenas y su hija Izar.

«Ha sido un año duro, tanto tras los barrotes como en la carretera. El número de presos políticos vascos ha descendido, sí, pero todos han salido con la condena cumplida. Cuando han pasado ya seis años desde que ETA anunciara el cese de su actividad armada, es significativo que sigan vigentes todas y cada una de las medidas de excepción», expresaron.

Desde lo vivido en su propia piel, relataron la injusticia que supone el tener que hacer miles y miles de kilómetros cada fin de semana para poder ver a sus familiares y amigos, con el riesgo de exponerse a la carretera y la inversión de tiempo y dinero que supone.

No obstante, también valoraron positivamente los pasos dados en los últimos meses para poner sobre la mesa la cuestión de los presos. Así, destacaron las citas del 8 de abril en Baiona y el 9 de diciembre en París como ejemplo del «paso cualitativo dado por la sociedad civil, la decisión de superar desde el compromiso y la dignidad el bloqueo de los estados español y francés».

También destacaron el compromiso mostrado por el EPPK, las mayorías alcanzadas en los parlamentos de Nafarroa y la CAV en favor de una solución a la situación de los presos enfermos y el informe Bergeron aprobado por unanimidad en el Parlamento Europeo.