Ramón SOLA
DONOSTIA

Puigdemont pide a Rajoy asumir su derrota y «negociar con el Govern»

«Su solución indolora no ha funcionado y su partido ha quedado además relegado a la última posición». Se lo recordó anoche desde Bruselas Carles Puigdemont a Mariano Rajoy en un mensaje de fin de año difundido finalmente por un canal de TV3 desde el exilio. Le insta a «rectificar lo que no funciona», «reparar el daño» y «negociar con el Govern legítimo».

Aunque formaciones estatales insistan en el mantra de que Carles Puigdemont está inhabilitado políticamente, los resultados del 21D le han confirmado en el liderazgo del independentismo, y desde esta posición se dirigió anoche a Mariano Rajoy sin medias tintas. El mensaje de fin de año se anunciaba lógicamente en condición de president legítimo en funciones, pero fue verbalizado en realidad desde la posición de ganador electoral, mirando al futuro. Puigdemont le recordó a Rajoy que sus tesis han quedado derrotadas con claridad en las urnas y le instó a «negociar con el Govern legítimo».

El mensaje tuvo también como claro destinatario a la comunidad internacional; como detalle, concluyó destacando que los valores fundamentales de la República catalana son «libertad, igualdad y fraternidad». Frente a ellos criticó que el Estado español ha ejercido una represión que hoy mantiene entre rejas a cuatro presos políticos, lo que supone «la vergüenza de Europa». Recordó sus nombres y lo remarcó con el lazo amarillo en su solapa.

Hizo hincapié en que Rajoy trazó en octubre una hoja de ruta que presentó como «solución indolora» también para Europa, consistente en intervenir la autonomía con el 155, convocar elecciones anticipadas y ganarlas con una nueva mayoría españolista. Pero «no se ha cumplido su sueño», espetó a su homólogo de Moncloa, y en consecuencia ha llegado la hora de «rectificar lo que no funciona y reparar el daño causado». Le instó a «aprovechar la oportunidad de comportarse como un demócrata».

A su pueblo, Puigdemont le trasladó orgullo por el 82% de participación en los comicios del 21D: «Es un éxito democrático histórico para la mayoría de países de Europa. Catalunya no tiene miedo a las urnas, y ahora sí, ha ido a ellas sin violencia ni represión», saludó.

Como era previsible y lógico, el cabeza de lista de Junts per Catalunya no dio pista alguna sobre cuándo y cómo se plantea retornar. Horas antes, la diputada electa y flamante fichaje de Junts per Catalunya Elsa Artadi –a la que muchas voces citan como relevo de Puigdemont en caso de necesidad– reiteró en Rac1 que no prevén otra investidura que la del hasta ahora president. «El resultado de las elecciones es muy claro», subrayó.

Artadi lo subrayó remarcando que su apuesta es que también Oriol Junqueras, líder de ERC y hoy en prisión, siga como vicepresident. JxCat desea igualmente que en la presidencia del Parlament continúe Carme Forcadell, lo que fortalecería la imagen de que el 155 ha sido un paréntesis inútil y se reinstaura la situación anterior.

C’s presiona con el Parlament
Dado que la incógnita de si los presos saldrán a la calle y los exiliados volverán persiste, no caben certezas. Pero la posición de Ciudadanos parece dar un par de pistas claras: Inés Arrimadas afirma que pelearán por la presidencia del Parlament pero que los números no dan para aspirar a la Generalitat. Con ello apunta a que ven alguna opción de pérdida de votos en el pleno de constitución del Parlament, fijado por Mariano Rajoy para el 17 de enero, pero no para la investidura, que se empezaría a dilucidar diez días después.

En una comparecencia en su localidad natal, Jerez de la Frontera (Cádiz), Arrimadas se sacudió la presión de PP y PSOE reiterando que «a priori no tengo muchas posibilidades» de ser investida presidenta de Catalunya, pero que sí ve viable tratar de lograr el mando del Parlament y controlar desde ahí «qué hacen los partidos separatistas».

 Vuelta a casa tras un frustrado «a por ellos»

Han pasado ya tres meses y medio desde que los contingentes policiales desplazados a Catalunya eran despedidos en sus localidades al grito de «A por ellos», y justo ayer los últimos agentes volvieron a casa para cambiar de año junto a sus familias. Su actuación no ha conseguido ni impedir el referéndum del 1-0, motivo inicial del operativo, ni voltear la mayoría independentista el 21D. Pero su paso por tierras catalanas no ha sido en vano: dejan en la retina de todos una imagen ridícula, la del barco de Piolín anclado en el puerto de Barcelona, y otra deplorable, la de las cargas de aquel primer día de octubre que dejaron un saldo final de 1.066 heridos.

Quedan algunas incógnitas que quizás el tiempo aclare. En las Cortes españolas, el secreto oficial se impuso frente a las peticiones de que el Gobierno español detallara el coste del operativo. Y a día de hoy ni siquiera se sabe cuántos policías y guardias civiles han estado acantonados en Catalunya; primero se habló de unos 9.000, pero ahora extraoficialmente se indica que han sido hasta 20.000.  Ramón SOLA