Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «Entre ellas»

Tener que mentir por culpa de los hombres

La belga Solange Cicurel fue abogada antes que cineasta, motivo por el que está obsesionada con la mentira, a la que ha dedicado su ópera prima “Faut pas lui dire” (2016). Si nos fijamos en el título original se habla de lo a veces innecesario de decir la verdad, partiendo de la creencia popular de que ojos que no ven ojos que no sienten. Claro que estamos ante una comedia demasiado ligera como para hacer una reflexión profunda sobre la diferencia entre lo verdadero y lo falso. Es más, como se trata de una comedia romántica se parte de la suposición de que es lícito mentir por amor, por aquello de que el dolor que provoca un engaño amoroso puede ser evitable, dejándolo correr...

Cuando tres de las cuatro primas y amigas que forman un grupo unido descubren que la más joven del cuarteto está siendo engañada por su prometido, que es de origen magrebí para más señas, deciden no contárselo y dejar que las cosas sigan su curso. Laura (Jenifer Bartoli) ha descubierto a Maxime (Arié Elmaleh) con otra chica a través de la cristalera de un café. Reunida con Anouch (Tania Garbarski) y Eve (Camille Chamoux) acuerdan ocultárselo a Yaël (Stéphanie Crayencour) para salvar su inminente boda.

“Faut pas lui dire” no se plantea como un debate ético, lo cual es de agradecer, en la medida en que evita juzgar el comportamiento de estas mujeres. Pero aún así, Solange Cicurel ha de ser consciente como responsable de la película de que el público va a formarse su propia opinión ante lo contemplado. Habrá quien piense que la amistad o la lealtad femenina ha de estar por encima de lo que no deja de ser una traición a la verdad y a la confianza mutua. A mi modo de ver, más que el hecho en sí, me sorprende que se acabe justificando una insinceridad en nombre del factor sentimental dentro de las relaciones heterosexuales, lo cual acarrea una dependencia de las mujeres hacia los hombres, al mirar hacia otro lado.