Aritz INTXUSTA

EL FUERO FRANQUISTA DE NAFARROA TIENE LOS DÍAS CONTADOS

La Ponencia del Parlamento para actualizar el Derecho Civil de Nafarroa ha terminado ya las modificaciones del libro que más urgía actualizar de la compilación del Fuero de 1973, un texto misógino que describe las normas que deben regir en las familias navarras.

Todavía a día de hoy, en caso de que una pareja se quiera divorciar, tiene que pedir antes permiso a los Parientes Mayores, una institución que viene a resumirse en el padre y el suegro, pues la mujer pinta muy poco en el actual derecho civil navarro. Así viene tipificado en el Libro de la Familia del llamado Fuero Nuevo, una compilación normativa de 1973 que fue elaborada por un grupo de abogados adeptos al régimen y de marcado carácter retrógrado. Obviamente, la evolución de la sociedad y del derecho ha eliminado en la práctica este requisito ridículo del permiso del pariente mayor, pero formalmente aún sigue siendo necesario. «Es lo que ocurre con las leyes que se quedan obsoletas, que dejan de aplicarse», explica Arantxa Izurdiaga, presidenta de la Ponencia Parlamentaria que ha acordado la supresión de este anacronismo en la nueva redacción del Fuero, que constituye el equivalente al Código Civil navarro. La batería de modificaciones acordadas en el Parlamento al articulado vigente supondrá una de las modificaciones más importantes que ha sufrido jamás el corpus jurídico civil de la Comunidad Foral.

Para hacerse una idea de la profundidad de la revisión que se está planteando, resulta ilustrativo el apartado sobre los hijos. En el texto franquista en vigor se distingue entre hijos del matrimonio y los bastardos, entrando en detalles como con cuántos días se puede ya considerar un hijo legítimo –sentenciando que el bebé debe nacer como mínimo 180 días después del día de la boda–. Ahora, la propuesta del Parlamento pasa por abandonar distinciones obsoletas y regular, «sin discriminación alguna», otras paternidades y maternidades: parejas unidas, adopciones, fecundación asistida y gestación por sustitución.

UPN y PP se han desmarcado de la propuesta en varios puntos con redacciones alternativas, pero esta cuenta ya con un consenso suficiente. Siguiendo con el ejemplo de la separación y el permiso de los Parientes Mayores, UPN sigue manteniendo que «los abuelos (...) son pilar dirimente de las disputas que en el ámbito familiar puedan producirse». La resolución mayoritaria, sin embargo, pasa por «suprimir por obsolescencia» la institución de los Parientes Mayores e incluir otras fórmulas de mediación acordes a los tiempos.

La propuesta mayoritaria también propone la supresión de la regulación del dote y las arras, que ponía a la mujer en lugar inferior al del hombre. Y desde un punto de vista más técnico e histórico, su principal aportación es la supresión de la Casa como sujeto de derechos y deberes, una concepción feudal a la que UPN tampoco se resigna a renunciar. No obstante, la reforma del articulado también se ha entendido en términos de oportunidad, entrando a simplificar las fórmulas de división de los bienes en caso de que una pareja se rompa, con el objeto de reducir la litigiosidad en las separaciones. Es decir, más allá de la eliminación de una serie de normas –que, en demasiadas ocasiones, constituyen una vergüenza– la reformulación de toda esta normativa tendrá efectos prácticos jurídicos en la sociedad.

Una legislación que nació obsoleta

La mecánica de la reescritura del Fuero que se está realizando (y la primera que se ejecuta de forma democrática y participativa) pasa por tres fases. La primera es que el Parlamento marque la dirección política de los cambios tras escuchar a expertos y a colectivos afectados. Este documento que elabora el Parlamento se lleva a una mesa de expertos en Derecho navarro para que emitan un dictamen. Y la última parte, será el encargo a un técnico o grupo de técnicos de prestigio para la redacción definitiva del nuevo texto. Dicha redacción final comenzará en breve, pues hay partida presupuestaria para 2018.

Roldán Jimeno es uno de los miembros del Consejo Asesor que han recibido la propuesta de modificación del Parlamento sobre el libro de la Familia. El hijo de Jimeno Jurío es experto en historia del Derecho y considera que «dentro de trayectoria del Derecho civil navarro, este es un momento clave». Jimeno explica que Nafarroa era la única comunidad con atribuciones para regular sus fueros que no había actualizado su normativa. Sí lo han hecho la CAV, Catalunya, el País Valencià, Aragón y Galiza y, algunos de ellos, hasta en dos ocasiones. A ello se añade la particularidad de que el Fuero Nuevo tuvo un marcado sesgo integrista imprimido por sus autores, provenientes de la Universidad del Opus, del mundo de la notaría y del tradicionalismo carlista. Jurío sostiene que la aprobación del Fuero Nuevo constituyó una suerte de «Amejoramiento bis», en el sentido de que no pasó por filtro democrático alguno, sino que lo aprobaron las élites del momento porque así lo quisieron. Tampoco la tibia remodelación del texto de 1987, forzada fundamentalmente por la aprobación de la ley del divorcio, fue democrática, pues no se dejó participar a todas las sensibilidades políticas. «El texto actual tiene problemas de obsolescencia, errores y problemas técnicos-jurídicos, además del sesgo político y la perspectiva de género», sostiene Jurío.

Concretamente, la Compilación del Fuero tiene tres libros: Familia, Sucesiones y Bienes. Las conclusiones de Familia ya están en manos del Consejo Asesor y, previsiblemente, las correspondientes al libro de Sucesiones se cierren en breve. Más compleja técnicamente será la revisión del libro de los bienes (que rige sobre los pactos y contratos), aunque por otra parte la urgencia de actualizar este último libro es menor, pues se encuentra menos desfasado.