Jon ORMAZABAL
Pelota

Un cinturón negro en Eibar

Un gran Altuna y Martija obtienen su sexto triunfo y dejan sin efecto el revulsivo buscado con Unai Laso.

ALTUNA III-MARTIJA 22

LASO-ALBISU 13


Dicen que aprovechar la fuerza del oponente para desequilibrarlo y proyectarlo es la base del judo. Pues bien, ayer Jokin Altuna debió de dejarse el gerriko rojo en el vestuario y colocarse un cinturón negro, el máximo rango en Japón, cuna de este deporte. Y es que, si el domingo pasado Aimar Olaizola dio una exhibición de cómo jugar en inferioridad –pese a la derrota el de Goizueta colocó el partido dentro de su Top 10 particular–, el de Amezketa no quiso ser menos ayer y lo hizo además con el aliciente de hacerlo con una victoria que mantiene a la pareja más joven en lo más alto de la clasificación y con su pase a semifinales muy bien encarrilado.

Por contra, el intento de revulsivo con la entrada de Unai Laso por Víctor no surtió el efecto deseado y la pareja de Asegarce se hunde en el fondo de la clasificación con seis derrotas consecutivas.

Como ya les ha sucedido en alguna jornada anterior, con Víctor en vanguardia, las sensaciones en el peloteo para nada fueron malas, de hecho, Jon Ander Albisu salió muy entonado, moviendo la pelota con facilidad con ambas manos, teniendo a Martija con los pies por detrás del siete en la mayor parte del partido pero, una vez más, volvió a no ser suficiente.

Laso, sin poder ponerse

Como prometió en la víspera, en su debut en el Parejas de Primera, Unai Laso saltó a la cancha valiente y, además de desparpajo, dejó algún que otro detalle de calidad, pero adoleció de falta de instinto, ese que le sobra a Altuna III para poder sacar más provecho del dominio que Jon Ander Albisu ejercía en los cuadros largos sobre un Martija al que ayer no le costó tanto entrar en juego y que se está confirmando como un complemento de lujo del delantero amezketarra.

En sus dos únicas comparecencias previas en el Astelena de Eibar, Laso había conseguido convincentes victorias, pero ayer no terminó de marcar bien los tiempos a la hora de buscar la pelota en el frontis y cada duda, cada vacilación, cada gancho no lo suficientemente cruzado se convirtió en una trampa para sus intereses, pues Altuna aprovechó cada opción para ir cobrándose tantos cada vez que pudo jugarle a la contra, jugada con la que le hizo mucho daño.

El golpe y la velocidad en el juego eran azules, pero Altuna fue el metrónomo, él le puso la pausa al juego y enseguida tomaron importantes ventajas en el marcador (6-2 y 10-3 tras un tanto en el que se pidió que un gancho de Altuna dio en la tabla de la contracancha).

Con todo, tal era la frescura que Jon Ander Albisu mostraba en el peloteo con ambas manos que sus opciones de victoria no parecían tan remotas como mostraba el marcador. De hecho, Martija tuvo un pequeño bajón en el que le costó gozar la pelota y, a base de superar una y otra vez por arriba a Altuna III, los de Asegarce se acercaron a solo tres tantos en el 13-10.

Sin embargo, fue como si el judoka de Amezketa estuviera esperando a que los rivales se vinieran arriba para conseguir el ippon definitivo. Una preciosa dejada en el txoko les sirvió para frenar el parcial azul y, a partir de ahí, los de Asegarce se desmoronaron por su propio peso. Albisu se dio cuenta de que desarbolar a Martija no sería posible, acumuló errores de más y terminaron besando la lona, complicándose muy mucho su futuro en el torneo.