Martxelo DÍAZ
IRUÑEA
Elkarrizketa
JOAN JOSEP BOSCH
ECONOMISTA

«La regla de gasto es solo un artículo de una ley que forma un aparato de sometimiento»

Joan Josep Bosch ubica la regla de gasto, de actualidad en Nafarroa porque no permite destinar a inversión social los 215 millones de euros recuperados del Convenio, en una serie de acontecimientos por los que el Estado español –y los territorios incluidos en el mismo– perdió la soberanía sobre su presupuesto a cambio de ser rescatado por la Troika en plena crisis desatada por el sistema bancario.

Loading player...

La cuestión de la regla de gasto ha cobrado actualidad en Nafarroa por el debate sobre las posibilidades de destinar a inversiones sociales los 215 millones de euros que serán devueltos por Madrid por la negociación del Convenio y la obligatoriedad de utilizarlos para amortizar deuda.

¿A qué nos estamos refiriendo cuando hablamos de la regla de gasto?

En realidad, es un artículo dentro de una ley mucho más potente, más heavy, que abarca muchas más cosas. A un articulito en concreto le llaman la regla de gasto. Podríamos ignorar el artículo 12 de la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, que es el que se refiere a la regla de gasto, porque con todo lo demás que dice la ley estaríamos prácticamente en el mismo sitio. En realidad, esta ley se aprobó en 2012, en un momento muy crítico, y se enmarca en una serie de acontecimientos que nos traen hasta la regla de gasto.

En setiembre de 2011 se modifica el artículo 135 de la Constitución, que dice dos cosas. Una es que las administraciones tienen que gastar lo que ingresan, que no pueden hacer déficit sistemático, lo que es una especie de declaración de intenciones. Pero tiene un segundo párrafo, que no estaba antes en el artículo 135 y que es el grave, que dice que los intereses de la deuda y la deuda misma gozarán de prioridad absoluta sobre el resto de partidas de los Presupuestos Generales. Esta modificación se hace porque se impone desde Europa. Todo lo que viene a continuación llueve tras la modificación del 135.

En noviembre de 2011 hay una directiva europea sobre los requisitos aplicables a los marcos presupuestarios de los Estados miembros. La UE intenta que todos los países lo aprueben. Es aquella famosa «regla de oro» de la Constitución, que España ya la tiene introducida. Poco después, en marzo de 2012, hay unos Pactos de Estabilidad y Crecimiento de la UE, que, en el fondo, actualizan lo que ya decía el Tratado de la Unión de 1997. Pero ahora todo va muy rápido.

En abril de 2012, España aprueba la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera. O sea, que aprendan a gastar lo que tienen y que no se salgan de madre. Esta ley ya se hace en consonancia con la directiva europea que ha venido un poco antes, con el Pacto de Estabilidad y la reforma de la Constitución.

Llegamos a junio de 2012 y, cuando has cumplido todos tus deberes, viene el «No Rescate» de M. Rajoy. Se dejan 100.000 millones de euros para los bancos, pero se dejan cuando se ha demostrado verdaderamente que ese dinero se va a devolver. ¿Cómo se asegura la Troika como prestamista de que se va devolver el dinero? Se asegura porque antes se ha aprobado una ley y se ha modificado la Constitución. El rescate vino precedido de una serie de condiciones que España tuvo que cumplir.

Finalmente, en julio de 2012 se firmó el Memorándum de Entendimiento. Todo en ocho meses. El Memorándum de Entendimiento es el programa de cualquier partido que gobierne en España, sea quien sea. Adiós soberanía, no hay soberanía. El Memorándum de Entendimiento dicta –y si usamos la palabra ‘dicta’ no es casualidad– «España deberá cumplir», gobierne quien gobierne, una serie de obligaciones.

Dentro de esta batería de sucesos que obligan forzosamente porque estamos rescatados –y estar rescatados significa que «te rescato pero eres mi esclavo»–está la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera. Dentro de esa ley, hay un montón de artículos que operan en el mismo sentido, básicamente el de no gastar más de lo de que se ingresa como Estado. Pero, ¿y si...? No. Pero, ¿y si...? No. ¡Que ya no hay soberanía porque ha habido un rescate, aunque se niegue! No hay capacidad de decisión. Además, cada año hay que informar a Europa de cuál es el compromiso de lo que se va gastar para que dé el visto bueno. Hay que pasar información. Hay que supervisarla. Hay que llevar la contabilidad como dice Europa y no como se hacía hasta entonces... Hay una vigilancia permanente. Está en el Memorándum de Entendimiento también. Si eventualmente hay un ingreso raro, no previsto, como que ha tocado la lotería, o, como le ha pasado a Navarra, que por una negociación del Convenio llega un ingreso no contemplado, su destino ha de ser el que dice al artículo 135: el pago de la deuda y de sus intereses. Siempre que haya algo de más con lo que no contabas, lejos de celebrarlo, irá a pagar la deuda. Entre otras cosas, porque el nivel de deuda está al 100% del PIB y el Estado español ha adquirido el compromiso de llegar al 60%. Mientras no se llegue a ese 60%, hay que olvidarse de tener libertad alguna sobre los presupuestos. La regla de gasto es solo un artículo de una ley, que a su vez es un paso más de todo un aparato de sometimiento que se produce entre setiembre de 2011 y junio de 2012.

En Nafarroa, el debate ahora es si hay que cumplir obligatoriamente con la regla de gasto y destinar esos 215 millones de euros a amortizar deuda o si existe algún resquicio que permita a destinarlos a gasto social.

¿Qué significa se puede? ¿Se podía proclamar la República Catalana? No. Pero la proclamaron. Otra cosa es las consecuencias que tenga. ¿Puede España como Estado o la Comunidad Foral romper con la regla de gasto? Hace tiempo llevé una propuesta de reforma fiscal al Parlamento navarro sabiendo que no se podía hacer. Cuando era chaval, yo tampoco podía salir más allá de las dos de la madrugada porque mi padre no me dejaba. Pero eso cambió. Cambió porque yo, alguna vez, llegué pasadas los dos. Y tuvo consecuencias. Pero mi padre, poco a poco, también fue cambiando su postura.

A veces hay que forzar y hay que valorarlo. No critico a quien toma decisiones, porque hay que valorar hasta qué punto se puede forzar. Por poder, según esta famosa ley, no se puede. Te lo dice bien claro. Si hay un ingreso extraordinario, se debe destinar al pago de la deuda. Probablemente, dentro de la negociación entre Navarra y el Gobierno español para la reintegración de ese dinero podría estar el compromiso de que se destine a cancelación de deuda. ¿Por qué? España ha de rendir cuentas ante la UE. Si España le da un dinero a Navarra y Navarra lo usa para cancelar deuda, la suma de la deuda que se presenta ante Bruselas no ha aumentado. Si Navarra va y se lo gasta, habría un aumento de 215 millones en esa deuda total. Habría que dar muchas más explicaciones en Europa. No he estado en las negociaciones, pero es posible que se haya pactado.

Podríamos entrar en matices y meternos en abogados y en pleitos. Unos pleitos, por cierto, en los que Navarra siempre acaba perdiendo. No hay más que recordar que hemos perdido 19 veces en el Tribunal Constitucional. Podemos meternos en pleitos, pero hay que tener en cuenta que el Constitucional es tan independiente que siempre acaba resolviendo a favor de quien les ha nombrado. Podría argumentarse el hecho de que el Estado da ahora ese dinero y le llama extraordinario, pero es el dinero que debería haber dado cada uno de los años anteriores. Si se hubiera calculado bien desde el principio, ese dinero estaría en las manos de Navarra. El origen del dinero no hubiera sido extraordinario, sino ordinario, previsto. Y en ese caso, podría no destinarse a amortizar deuda. Pero hay que meterse con un abogado del Gobierno de Navarra, otro del Gobierno estatal, y que peleen, y de aquí a unos siete años uno de los dos tendrá razón.

Desde el punto de vista legal, me vería con el coraje de discutirlo. Pero conociendo cómo funciona el Estado, no sé si sale a cuenta. Yo me dedico a asesorar empresas y no siempre que tenemos razón decidimos ir a un pleito, porque a veces no sale a cuenta. Por poder, Uxue Barkos puede hacerlo y enfrentarse al Estado plantándole cara. ¿Consecuencias? En Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera hay varios artículos. Algunos hablan de las sanciones. Y uno de ellos, el 26, habla claramente de aplicar al artículo 155 de la Constitución a quienes no cumplan la regla de gasto. Incluso habla de disolver una corporación local. O sea, si una corporación local, como estaba haciendo el Ayuntamiento de Madrid con Sánchez Mato, le planta cara al Estado, a este no le duelen prendas en disolver el Ayuntamiento de Madrid. Lo han hecho con Catalunya y se ha abierto un melón. El 155 ya vale para todo. Aquí ya estaba escrito y nunca lo habían puesto en marcha. Ahora ya lo han aplicado una vez. Ya saben cómo hacerlo. Te arriesgas. Y tenemos el ejemplo catalán de qué supone el 155. De entrada, pasan a controlar todas tus instituciones, tu televisión, la enseñanza, la sanidad, eligen a quién pagan primero y a quién pagan después...

El Estado es muy fuerte. ¿Quién es el valiente? El cementerio está lleno de valientes. No voy a criticar al Gobierno de Navarra por cumplir lo que dice esta ley. Sí creo que habría que plantear una estrategia de confrontación más meditada en la que no solo entrase esto.