Con la Real en crisis y un Anoeta que no acaba de ser el fortín deseado, Álvaro Odriozola, la última perla surgida de Zubieta, reivindicó la fortaleza del vestuario txuri urdin. «Somos un equipo difícil para los rivales. Podemos ganar todos los partidos fuera y en casa, como ya se vio en la primera parte del encuentro ante el Barcelona, y somos capaces de batir a cualquiera que esté delante», argumentó.

Pese a ello, el lateral se vio obligado a reconocer que al conjunto guipuzcoano se le atragantan las segundas partes, pero ello no le hace dudar de que van a ir «hacia arriba, segurísimo», en una segunda vuelta que exigirá a la Real «dar el cien por cien, porque cada encuentro va a ser una final».

El futbolista, al que diversos medios deportivos le adjudican un futuro merengue, aseguró que la receta para salir de la actual situación que vive el equipo no es otra que «trabajar todavía más», porque de esa forma «se puede conseguir todo», señaló el donostiarra.

Le conocen mejor

Odriozola, que irrumpió con fuerza la campaña pasada desde el lateral derecho por su extraordinaria proyección ofensiva, admitió que en esta los rivales le conocen mejor e incluso diseñan planes para cortocircuitarle. Es consciente de que algunos técnicos contrarios «intentan que no despliegue» su juego de ataque, aunque es algo que asume como «parte del mundo del fútbol».

La principal novedad de la sesión de ayer fue la recuperación de Xabi Prieto, que acabó con problemas físicos frente al Barcelona. Por contra, se confirman las bajas seguras de Iñigo Martínez, David Zurutuza y Carlos Martínez.