Mikel INSAUSTI
MAZINGER Z: INFINITY

Go Nagai reinventa su creación de los años 70

Las diferencias por derechos de la propiedad intelectual entre el estudio de animación Toei y el creador de mangas Go Nagai han tenido que ser limadas para la vuelta de “Mazinger Z”, puesto que sin el consentimiento de su autor iba a ser muy difícil devolverlo a la vida con renovada fidelidad al original. A Go Nagai se le puede considerar como el padre del subgénero “mecha” y de los superobots tripulados, con la famosa anécdota de que la idea le sobrevino al verse atrapado en un atasco de tráfico, que le llevó a imaginar que si su coche desarrollara unos grandes brazos y piernas mecánicos no tendría problema en salir del embotellamiento. Aunque en Japón la serie televisiva animada se emitió entre 1972 y 1974 al Estado español no llegó hasta el 78, generando no pocas leyendas urbanas y una mitología propia entre la población ifantil de la transición, como la frase inventada supuestamente adjudicada a Afrodita A: «¡fuego de pecho!». Debió de nacer a modo de réplica sexista al «¡puños fuera!» de su compañero de aventuras, que medía 18 metros y pesaba 20 toneladas.

El nuevo Mazinger Z es aún más poderoso si cabe, porque a la animación tradicional se le suma ahora la digital, con efectos CGI para las escenas de acción, definitivamente mucho más espectaculares a costa de la falta de uniformidad visual en esta combinación híbrida de técnicas.

En el plano argumental solo han trasncurrido diez años desde la derrota final del Dr. Infierno y su esbirro el barón Ashura, que era mitad hombre-mitad mujer. Sin embargo, este par de villanos se las ingenian para amenazar de nuevo a los pilotos Koji Kabuto y Sayaka Yumi, que han madurado y ocupan puestos científicos de responsabilidad en los laboratorios encargados de controlar la energía fotónica. Y, precisamente, a esta nueva versión cinematográfica se le achaca un abuso de la terminología tecnológica.