Fede de los Ríos
JO PUNTUA

El ministro del Amor

Menuda perra ha cogido Juan Ignacio Zoido con lo del odio. El actual Conseller d’Interior de la Generalitat y Ministro de Interior de España al alimón, está que no da abasto en el combate contra el nuevo delito de odio. Sabe de qué habla, porque Juan Ignacio, además de ministro y conseller de la porra, es juez y buen católico. Y tanto jueces, ministros de Interior como católicos, a lo largo de la historia, han dado y dan sobrados ejemplos de buen hacer en lo referente a las técnicas amatorias. Son pues, maestros en el arte de amar y, por lo tanto, conocedores de su pasión contraria, el odio. ¿No fue acaso amor católico el de Isabel y Fernando para con judíos y musulmanes? Amor desprendido, el de los antiguos obispos de la Santa Cruzada con el comunismo; amor retomado el de los nuevos prelados para con homosexuales, feministas y demás gentes disolutas.

Acaso no ha sido amor verdadero el sentimiento que ha guiado las acciones de los diferentes ministros de Interior españoles lo que ha hecho agrandar, a medida que uno daba paso a otro, las libertades civiles. Contando con la inestimable colaboración de jueces, antaño TOP, hogaño AN otros cenáculos de piedad y compasión. Si se aplica la tortura es por piedad hacia el detenido, por descargarle de su culpa; porque el funcionario odia el delito por amor al delincuente.

¿No es amor lo que ha llevado a los miles de policías y guardiaciviles a intervenir en Catalunya en defensa de que aman y en contra de los que odian? Por amor de juez unos están encarcelados y otros haciendo turismo. ¿Puede haber algo más amatorio que el «a por ellos»?

El pensamiento delinque dependiendo de qué sea lo que te produzca «aversión o repugnancia violenta hacia una cosa que provoca tu rechazo» (odio).

En el Reino de España no se puede odiar la injusticia y a quien la representa, la tolera o la institucionaliza. En España, como ya sabíamos, no se puede odiar al tirano sin riesgo de cárcel.