Agentes de la Ertzaintza detuvieron ayer a dos menores por su presunta implicación en el doble crimen acaecido el pasado jueves en el barrio bilbaíno de Otxarkoaga, donde se encontraron los cuerpos sin vida de Lucía y Rafael, dos ancianos de 87 años de edad.

Según informaron las agencias estatales citando fuentes del Departamento de Seguridad de la CAV, la primera detención tuvo lugar a las 13.30 en Balmaseda, donde fue arrestado un joven de 14 años. Horas después, sobre las 17.30, se entregó en Miribillla otro chico, también de 14 años. Al parecer, los sospechosos, que serán puestos a disposición de la Fiscalía de menores en las próximas horas, tienen antecedentes por robo con violencia e intimidación.

Los cuerpos sin vida y con síntomas de violencia de los dos ancianos fueron localizados por un familiar, que acudió al domicilio alarmado por la falta de respuesta telefónica. Según las mismas fuentes, el piso estaba revuelto y, aunque no tocaron algunas joyas que había en la casa, los primeros indicios apuntaron a que el móvil podría ser el robo.

Cabe destacar que los dos residen en Otxarkoaga, un barrio que, precisamente, el pasado jueves salió a la calle para denunciar lo ocurrido y exigir a las instituciones que pongan fin a la «sensación de inseguridad». «No queremos más palabras bonitas, ni promesas, queremos soluciones a una situación que desgraciadamente se está repitiendo», señalaron los representantes vecinales, que insistieron en que «Otxarkoaga es un barrio vivo, amable y solidario. No merecemos que ocurran este tipo de sucesos».

La alarma ante la delincuencia juvenil, alimentada mediáticamente, se ha disparado en las últimas semanas, pues a la violenta muerte de los dos ancianos de Otxarkoaga se suma la muerte de Ibon Urrengoetxea, que falleció el pasado 23 de diciembre. Se golpeó la cabeza fatalmente con el suelo en pleno forcejeo con dos menores de 13 y 17 años que trataban de robarle cuando regresaba a casa después de asistir a una cena de empresa.

El pacto de Aburto

Por su parte, el alcalde de la capital vizcaína, Juan Mari Aburto, que fue abucheado por los manifestantes, destacó que a su Ejecutivo «le preocupa y ocupa la seguridad». «La delincuencia cero es muy difícil en una ciudad como esta, pero la tolerancia cero y la firmeza ante la delincuencia debe ser una seña de identidad», manifestó el regidor jeltzale, que ese mismo día presentó a los portavoces de los demás grupos municipales un Pacto por la Seguridad.

La iniciativa, que fue anunciada por Aburto el pasado mes de setiembre, durante el pleno sobre el estado de la villa, contempla 25 medidas basadas en la prevención y una mayor presencia policial. El alcalde destacó que los grupos de la oposición disponen de esta semana para realizar sus aportaciones, «analizarlas, añadir otras, y quitar algunas si no pueden ser acordadas».

En este sentido, conviene recordar que algunas fuerzas apuestan por avanzar en la definición de una «policía de barrio», cercana a la ciudadanía y que realice labores de prevención. Defienden también el rejuvenecimiento de la plantilla de la Policía Municipal.