Es característico de la actividad de montaña el establecer objetivos: ascenso de una cumbre, escalar determinada vía... Un clásico ha sido el ascenso de las cumbres más altas de todos los continentes, en donde el Everest suponía un plato mayor. A un alpinista famoso se le ocurrió escalar las segundas montañas más altas de cada continente, objetivo de dificultad sensiblemente mayor, en donde el K2 de 8.611 m. en el Karakorum te pone las pilas y los 5.959 m. del enorme y frío Monte Logan en Canadá te las vuelve a quitar. Ahora la fotógrafa sueca Emma Svensson se ha propuesto escalar las cumbres más altas de cada país de Europa en un año y en ello anda. 49 cimas que van desde los 311 m. del monte Gaizinkalns de Latvía o los 321 del Vaalserberg de Holanda hasta los 5.642 m. del monte Elbrus en el Cáucaso Ruso. Haría mal el lector en menospreciar este esfuerzo que te lleva a lugares tan dispares y poco conocidos por gentes ajenas a cada lugar. Ella habla de experiencias irrepetibles y de bellos y extraños lugares por esos mundos de Europa. En otro orden de cosas, en el programa Gure Kasa de EiTB, el músico Iñaki Urdangarin habla de su reciente estancia en silla de ruedas debido a un accidente de escalada. A uno le queda la curiosidad de saber los detalles de cómo un neófito acompañado de colegas entendidos, cae siete metros y se rompe un tobillo y medio en su primera experiencia escalatoria.