Ane URKIRI ANSOLA
ALAVÉS

Tan cerca y tan lejos

Los goles de Munir y Pedraza permitieron al Alavés gozar de una ventaja de dos goles para el minuto 52,pero un penalti controvertido metió de lleno en el duelo al Leganés, que logró sumar un punto en el 90.

ALAVÉS 2

LEGANÉS 2


La reacción de Guidetti al término del encuentro resume perfectamente el encuentro o, al menos, el fastidio por no sumar los tres puntos. Varios compañeros del cuerpo técnico tuvieron que agarrar al sueco para que no fuera a encarar con el trio arbitraL. Y es que el Alavés tenía todo bajo control –así lo indicaron los propios protagonistas– pero una decisión controvertida del juez de línea y un error puntual imposibilitaron conseguir una nueva victoria en un Mendizorrotza que apretó de lo lindo. 

Había hecho todo bien el Glorioso. Leyó muy bien una primera parte igualada, en la que solo le faltó acierto en el último pase y golpeó primero en la segunda mitad. Pero como el fútbol no entiende de lógicas, cuando mejor estaba el Alavés y con un 2-0 de ventaja, todo comenzó a crujirse. En esa situación no valía acordarse del gol anulado a Munir por fuera de juego que hubiera supuesto el 3-0, o de las otras ocasiones desperdiciadas. 

Porque el Alavés tuvo sus ocasiones y puso en aprietos al Leganés a pesar de tener menos posesión del esférico. Fue más práctico el equipo de Abelardo, al que le costó un poco entrar en calor –unos 15 minutos exactamente–. Pedraza fue el primero, y de los pocos, en poner a prueba a Cuéllar en el rechace del primer saque de esquina de los locales, porque los albiazules insistían en filtrar balones por el centro, con enésimas conexiones entre Pedraza, Munir, Ibai e Guidetti.

El propio artillero sueco –en la segunda parte fue protagonista total– en vez de finalizar una jugada trenzada junto a Pedraza e Ibai, prefirió centrar, ahogando la jugada en ese mismo envío. 

La intensidad de la escuadra gasteiztarra le permitió robar muchos balones en el centro del campo, anulando cada posible acción del Leganés. La línea defensiva estuvo imperante, con un Martin que parece un veterano, acompañado por los ‘Kaisers’ Laguardia y Ely, y con un Alexis que se amolda a cualquier puesto –en el día de ayer de lateral izquierdo– aunque pudo hacer algo más para evitar el segundo gol. Y el único fallo de esa línea llegó al borde del descanso al no poder interceptar un pase en profundidad de Beauvue –se desesperó en la primera mitad– para El Zhar que, solo ante Pacheco, se topó con la rápida reacción del arquero. Y menos mal, por ese mito –que a veces se hace realidad– de los goles psicológicos. 

Guidetti omnipresente

Todo quedó para la segunda mitad. El duelo, hasta entonces igualado, se decantó a favor del Alavés con un John Guidetti providencial. Fue el más listo de la clase en la pugna con Siovas. Además de proteger el balón y ser entorpecido, le ganó la espalda mientras el griego esperaba que el colegiado señalase la falta que había indicado el línier. Pero en el fútbol existe la ley de la ventaja –como bien recordó el propio Asier Garitano en la rueda de prensa– y Guidetti se internó en el área sin oposición para así poder asistir a Munir en el 1-0. 

Consciente de la situación, el Glorioso siguió apretando para sacar el máximo jugo a su buen momento y, sobre todo, a la zozobra del Leganés. Y seis minutos después, en el 52, Pina entró con todo para robar el balón a Zaldua –que luego fue el autor del segundo gol–, Pedraza cogió su moto y al borde del área conectó con Guidetti. Cuéllar, atento, taponó el disparo del ‘10’ pero como buen futbolista, el cordobés siguió de cerca la jugada para lograr un 2-0 que se celebró más –o con más intensidad– en las gradas. Porque, a priori, debía ser el gol de la tranquilidad. Porque el Alavés estaba dominando, porque el Leganés no conseguía hilvanar jugadas, porque Munir vio puerta pero le anularon, porque Ibai falló ante Cuéllar. 

Pero no, aún faltaba mucho por ver en los últimos quince minutos. Guidetti, siempre atento en las jugadas de estrategia, normalmente en el primer palo –y ayer despejó buenos centros– se vio envuelto en la polémica al interceptar un centro. El colegiado entendió que fue córner, el juez de línea, sin embargo, le corrigió indicando que había tocado con el brazo. Las protestas incesantes del jugador sueco no fueron suficientes para dar marcha atrás y Pires, con un Mendizorrotza con 19.637 almas presionando en su contra, batió a Pacheco. 

De estar todo bajo control, a sufrir. De un instante a otro, de un parpadeo a otro. Garitano declaró sus intenciones al quitar un defensor –Siovas– para introducir a un delantero puro como Guerrero. Y la expulsión de Ely hacía presagiar lo peor, y ocurrió lo que tanto temía la afición ‘gloriosa’. Trujillo Suárez decidió calibrar con una amarilla la pugna de Ely en un balón aéreo, por lo que haciendo las cuentas, el italo-brasileño fue expulsado. Un calibre que no fue el mismo en el otro mando, con Siovas en el punto de mira. Y aunque en el segundo gol, en el minuto 90, el error fue de Alexis, dejando el balón muerto a Zaldua cuando debería haber despejado fuera  –después de visto, todo el mundo listo–, el enfado monumental de Mendizorrotza fue con el trio arbitral que se marchó abucheado. Porque vieron que su equipo lo había dado todo. El cabreo por haber perdido dos puntos en el último suspiro no le va a quitar nadie, pero como bien indicó Abelardo, el equipo va a más y nada tiene que ver con lo que fue en los primeros cuatro meses.

Siendo positivos, el primer empate de la temporada –24 partidos después– le permite escalar un puesto en la clasificación y a día de hoy el descenso está a tres puntos gracias a la derrota del Dépor.

Abelardo: «No soy nadie para juzgar a los árbitros»

Abelardo Fernández quiso quitar hierro a la polémica creada entorno al penalti indicado a John Guidetti y recalcó en que son los árbitros quienes deciden «y habrán visto que la mano es involuntaria». Por ello, contestó con un no rotundo a la pregunta de si los colegiados beneficiaron al Alavés y subrayó que «no soy nadie para hablar de los árbitros».

Con todo ello, reconoció que es complicado asumir un empate cuando vas ganando por dos goles. «Ha sido una pena, porque habíamos comenzado bien la segunda mitad, teníamos el partido controlado y el penalti ha cambiado la dinámica», resumió un Abelardo que trató de sacar el lado positivo e incidió en que sigue la racha positiva, «y el juego y la intensidad han sido buenas, y ha tenido más cosas positivas que negativas». 

A estas alturas el aspecto psicológico suele ser trascendental y el técnico asturiano aseguró que aunque el equipo esté fastidiado, «no le va a afectar, está en crecimiento y a partir de mañana hablaremos del Valencia, eso es lo bueno».

Asier Garitano, por su parte, sumó su vigésimo quinto punto de la temporada y al igual que su rival en el banquillo, indicó que el penalti cambió el rumbo del partido: «Nos ha venido francamente bien porque nos ha metido en el partido». A.U.A.