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Erdogan mantiene la ofensiva contra Afrin con el beneplácito ruso

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, confirmó que mantendrá la ofensiva militar contra el enclave kurdo de Afrin, en Siria, en el tercer día de bombardeos e invasión de este territorio. Erdogan confirmó que cuenta con el acuerdo de Rusia para continuar adelante con la operación.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, confirmó ayer su intención de seguir adelante con la ofensiva contra el enclave kurdo de Afrin, en el norte de Siria, así como que la operación se lleva a cabo con el beneplácito de Rusia. «Solucionaremos la cuestión de Afrin. No habrá marcha atrás en Afrin. Hemos hablado con nuestros amigos rusos. Tenemos un acuerdo. La operación concluirá cuando alcancemos nuestros objetivos», afirmó Erdogan.

El Ejército turco y los grupos armados sirios aliados llevaron a cabo ayer un nuevo asalto contra el enclave kurdo en el tercer día de la operación, que Ankara ha bautizado «Ramo de Olivo».

El ataque se produjo tanto desde Turquía, con aviación y artillería, como desde Azaz, en la región al este de Afrin, que Ankara y sus aliados sirios ocuparon para impedir la continuidad de una entidad kurda a lo largo de la frontera turco-siria, cuando las milicias de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), expulsaron al Estado Islámico (ISIS). En el lado turco se preparaban una decena de carros de combate y entre 400 y 500 combatientes turcos y árabes que cruzaron la frontera.

La intención declarada por Ankara es crear una zona de treinta kilómetros a lo largo de la frontera, lo que, de facto, supone acabar con el autogobierno surgido en esta zona bajo la fórmula de «federalismo democrático».

El portavoz de la milicia kurda (YPG) en Afrin, Rezan Hedu, confirmó los «intentos de entrar en la región y combates esporádicos en la frontera. Las batallas son feroces».

54 combatientes muertos

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, al menos 54 combatientes kurdos y de las milicias sirias proturcas murieron ayer en los combates.

Además, los bombardeos contra la población de Afrin han provocado ya la muerte de más de una veintena de personas y decenas de heridos.

Afrin no solo está rodeado al oeste y norte por territorio turco, y al noreste por regiones sirias bajo control turco, sino que Turquía también tiene tropas y grupos armados aliados en la provincia de Idleb, al sur, por lo que tiene prácticamente cercado el enclave.

Oficialmente, Moscú no ha confirmado la existencia de un acuerdo con Ankara para lanzar la operación, pero una ofensiva en Siria, sobre todo en su espacio aéreo, es difícil de entender sin el beneplácito de Rusia. Unas horas antes de que comenzaran los ataques, Moscú retiró las tropas que tenía desplazadas en Afrin como garantía de no agresión.

Los kurdos achacan a Rusia «la responsabilidad de estos ataques en el mismo nivel que Turquía». Por su parte, el Kremlin afirma «seguir de manera muy atenta» la operación, y reconoció estar en contacto tanto con Ankara como con Damasco.

Turquía acusa a las YPG de ser una «organización terrorista», pero la guerrilla kurda también es la columna vertebral de las FDS, que integran a otras comunidades en una alianza que ha sido fundamental para expulsar al ISIS y que contaba con el apoyo de Estados Unidos.

Precisamente Turquía lanzó la operación cuando Washington anunciaba la creación de una fuerza de seguridad fronteriza de 30.000 hombres en colaboración con los kurdos. Ankara lo consideró inaceptable y se adelantó a intentar tomar el control total de la frontera turco-siria.

Tras la ofensiva, EEUU se ha limitado a pedir a Ankara «contención» y su secretario de Estado, Rex Tillerson, defendió «el derecho legítimo de Turquía a protegerse».

Erdogan no acepta las recomendaciones de Washington para que la operación tenga un alcance y duración «limitados» y ayer replicó a su aliado en la OTAN: «Yo pregunto a Estados Unidos ¿acaso habéis dado una duración específica en Afganistán? ¿Acaso habéis dado una fecha sobre cuándo acabará?», y recordó que, en el caso de Irak, el despliegue estadounidense tuvo lugar en 2003 y «todavía siguen ahí». «Tampoco tenemos intención de pedir permiso a nadie. Cuando el trabajo haya acabado –no tenemos ninguna intención de quedarnos allí– sabremos cómo retirarnos», zanjó el presidente turco.

EEUU se pliega a Turquía

La postura turca hizo que Tillerson accediera ayer a estudiar la creación de «una zona de seguridad» en el noroeste de Siria para satisfacer las demandas de Turquía, lo que aisla más la posición de los kurdos. «Veamos si podemos colaborar para crear algún tipo de zona de seguridad como la que necesitáis», trasladó Washington a Ankara, según reveló en declaraciones a los medios de comunicación.

«Estamos hablando con los turcos y con algunas de las fuerzas sobre el terreno sobre cómo estabilizar esta situación y satisfacer las legítimas aspiraciones de seguridad de Turquía», añadió Tillerson.

En aparente respuesta, el viceprimer ministro turco, Bekir Bozdag, insistió en que antes de negociar con EEUU, Washington debe poner fin a su apoyo a las milicias kurdo-sirias. Además, Bozdag afirmó que «nadie tiene derecho a imponer límites a la operación «Rama de Olivo».

Por su parte, las FDS reclamaron a la coalición internacional que lidera EEUU que asuma sus responsabilidades, y advirtieron de que la ofensiva turca supone un «apoyo claro» al ISIS, que ya había desaparecido de la región.

Además, las FDS señalaron que están estudiando el envío de refuerzos a Afrin, aunque para ello tendrían que utilizar el espacio controlado por el Ejército sirio.

Ayer lograron retomar dos localidades, Shenkal y de Adamnali, en el norte de Afrin, durante un contraataque.

La indiferencia del resto de países quedó en evidencia en el Consejo de Seguridad de la ONU, que analizó a petición del Estado francés los últimos acontecimientos en Siria, pero pasó de puntillas sobre la ofensiva militar de Turquía.

Periodistas detenidos

Ankara no está dispuesta a aceptar ninguna crítica al nuevo frente de guerra que ha abierto en Siria y la Policía impide las manifestaciones contra la operación, tanto en la calle como en las redes sociales.

Así, al menos 30 personas han sido detenidas por criticar en las redes sociales la operación militar, en una macrorredada llevada a cabo entre el 15 y el 22 de enero por toda Turquía.

Las autoridades también investigan los comentarios en redes sociales de los diputados del partido prokurdo HDP. En concreto, han señalado a su portavoz, Ayhan Bilgen, por un tuit en el que advierte del riesgo de «guerra civil».

Erdogan, ya alertó el domingo a los seguidores del HDP –a tercera fuerza política de Turquía– en contra de protestar por la operación, advirtiendo de que, si lo hacen, tendrán a las fuerzas de seguridad «en su cuello» y «pagarán un alto precio».

Entre los arrestados se encuentra el periodista Idris Yilmaz que ayer fue llevado a un tribunal que decidió su encarcelamiento por afirmar que «los civiles están siendo asesinados en Afrin».

La periodista y activista por los derechos humanos Nurcan Baysal también fue detenida por sus mensajes en las redes sociales. La Policía registró su casa y confiscó su teléfono móvil y su ordenador personal.

En el Kurdistán iraquí, un alto cargo de la Unión Patriótica del Kurdistán (PUK), uno de los partidos que forman parte de la coalición de Gobierno sugirió que las autoridades querrían enviar a los peshmerga desde la región iraquí a Afrin para hacer frente a la ofensiva turca pero reconoció que es casi imposible.

Moscú se alinea con Ankara contra el autogobierno kurdo

El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, acusó a EEUU de alentar el separatismo de los kurdos de Siria y de intentar crear en ese país «órganos de poder alternativos».

«Desde hace mucho EEUU trata de disuadir a los kurdos, con los que colabora, de dialogar con Damasco. Washington ha alentado activamente y continúa alentando los ánimos separatistas entre los kurdos», afirmó Lavrov, que criticó que Washington suministre armamento a las FDS. Indicó que esa política de EEUU puede obedecer a dos razones: «O bien no entienden la situación o es una provocación consciente». Lavrov recordó que Moscú ha invitado los kurdos al Congreso del Diálogo Nacional Sirio, que se celebrará la próxima semana en Sochi. Pero la principal formación política kurdosiria, el Partido de la Unión Democrática (PYD), ha tomado nota del papel ruso en la ofensiva turca y no acudirá a esa conferencia ni cumplirá lo que allí se decida, «porque Rusia ha permitido a Turquía bombardear Afrin y se ha retirado de varios puntos donde sus soldados estaban presentes». «Todo aquel que sigue la situación en Siria sabe que Turquía tiene fobia a los kurdos y Rusia ha usado esto en su interés», señaló.GARA