Agustín GOIKOETXEA
BILBO

Otxarkoaga a las instituciones: «Lo advertimos, falla la prevención»

Otxarkoaga continúa conmocionada por la muerte de dos de sus vecinos, al tiempo que se pregunta insistentemente cómo dos chavales de 14 años pueden llegar a ser los autores del crimen que les ha sacudido. Desde el movimiento vecinal estiman que «las instituciones no han cumplido su papel, se han dormido». Frente a quienes demandan más policía, reivindican el trabajo en la calle con más educadores, en la escuela y recursos para combatir la exclusión.

Otxarkoaga vivió ayer otra dura jornada de resaca tras la detención la víspera de los presuntos autores de la muerte violenta de una pareja de octogenarios. Nadie duda de que al barrio le costará recuperarse mientras son muchas las voces que se preguntan cómo es posible que dos chavales de 14 años pueden llegar a cometer un crimen como el que les sacudió el jueves.

Desde la Asociación de Familias de Otxarkoaga (AFO), Cristóbal Ribera, apunta a que «hace meses» que se detectó en el barrio un aumento de robos cometidos por jóvenes. «Primero fueron pequeños hurtos en la calle de móviles, carteras... y luego en viviendas. Alguien les tenía que haber controlado. Las instituciones no han cumplido su papel», lamenta. Confiesa que lo sucedido ha sido un «mazazo» para las entidades sociales que trabajan en el barrio para lograr su revitalización.

En 2015, recuerda, hubo un incremento de robos en pisos. «La mayor parte se producían al mediodía. Se habló con el Gobierno municipal y el problema se resolvió. Ahora –añade Ribera– se ha vuelto a reproducir la situación, advertimos hace tiempo al Ayuntamiento de lo que pasaba y nadie adoptó las medidas oportunas. Las instituciones nos han fallado».

Los detenidos como presuntos autores del crimen son conocidos, al igual que sus entornos familiares, por los servicios sociales. «Son chavales muy desestructurados. Con su internamiento no se va a resolver nada. Ha fallado el sistema preventivo», lamentan fuentes consultadas. Uno de ellos, indican, era tutelado por la Diputación a través de un centro concertado de donde se fugó.

«En gente tan joven que delinque en muchos casos hay problemas sociales que vienen de atrás. Eso son precedentes que la policía debe conocer, así como saber dónde pueden estar algunos focos de peligrosidad»», señaló a Radio Euskadi Javier Muñoz, presidente de la Federación de AAVV de Bilbo.

«Dos chavales de 14 años están el jueves, a las 8.00, asaltando una vivienda del barrio y matando a sus dos ocupantes. ¿Por qué no estaban en el instituto? ¿Estos centros no buscan explicación a su ausencia? ¿Dónde estaban los servicios sociales?», se preguntan repetidamente desde el movimiento vecinal de Otxarkoaga.

Interpelada sobre el papel jugado por el sistema educativo en el caso de estos dos niños, la consejera de Educación, Cristina Uriarte, explicó que el sistema educativo activa sus protocolos de seguimiento cuando detecta comportamientos «no correctos» o «conflictivos» por parte de algún alumno, si bien precisó que «eso no es indicio de que vaya a cometer un delito». «En el caso de que haya un delito las cosas ya son distintas, y entonces eso tiene otra vía», aclaró.

«Puede haber constancia de que estos chavales tenían un comportamiento vamos a denominarlo conflictivo –añadió Uriarte, matizando que no tenía el informe correspondiente en caso de que exista–. Y entonces el centro está en relación con Inspección y Delegación para hacer un seguimiento de este tipo de alumnado. Otra cuestión es que, cuando este alumnado está fuera de ámbito escolar, tiene otro tipo de incidencias, habrá otras vías que activar».

«Concatenación de errores»

«Con ese perfil, conocidos por los servicios sociales de base y los responsables de la comisaría del barrio, tenían que haber estado absolutamente controlados. Se tenía que haber hecho un trabajo preventivo con la asistencia social, con los educadores de calle», defiende Ribera. Para Pablo Herran, presidente de la AFO, se ha producido «una concatenación de errores; alguien ha hecho los deberes muy mal, y al final se ha producido un hecho gravísimo y hay que ponerle solución».

Ribera afirma que no hace falta más policía, «tan solo que actúe la que hay, que sea más eficaz, que patrullen, que hagan trabajan preventivo. Les conocen, llevamos diciendo lo que sucedía hace tiempo y no nos han hecho caso. Se han relajado y aquí, desgraciadamente, están las dramáticas consecuencias».

Desvela que «hace tiempo» los responsables de la Policía Municipal les prometieron que, para final de año, se iban a poder tramitar denuncias en la comisaría de Otxarkoaga. «Se iba, así nos dijeron, a destinar a personal administrativo para esa labor, pero no se ha cumplido la promesa. Igual por eso sale que se producen pocos delitos en el barrio», comenta con ironía.

Los miembros de la AFO reconocen que la realidad del barrio no es la de hace décadas, «cuando Viviendas Municipales enviaban aquí a todas las personas conflictivas. Eso hace años que cambió, afortunadamente». «Pero las autoridades tienen que asumir que Otxarkoaga necesita un empujón en todos los ámbitos: educativo, asistencial, económico, de empleo, de ocio y de vivienda», manifestó Herran.

A ello, citan, no va a ayudar que una de las mejores lonjas municipales del barrio se haya adjudicado para abrir una sala de máquinas y de apuestas. «No vemos que sea un servicio o un negocio que vaya a aportar nada positivo a Otxarkoaga, suelen ser puntos conflictivos allá donde se abren», advierten.

«Los recortes no ayudan a una prevención adecuada»

La conmoción creada por las muertes de Otxarkoaga ha centrado el debate de nuevo en el tratamiento de los menores que cometen delitos graves y la seguridad, apartando el problema social, «el fracaso de la sociedad y de las instituciones», que hay detrás. «En los últimos años, muchos de los recursos de intervención socioeducativa han sufrido los recortes. No se invierte en educación preventiva y eso lo vamos a pagar a medio y largo plazo. Los recortes no ayudan a una prevención adecuada», advierten las fuentes consultadas.

Plantillas de educadores de calle, personal de apoyo en los centros educativos o respaldo económico a proyectos socioculturales en los barrios se han visto afectados por los recortes. «La intervención para paliar la exclusión social ha dejado de tener importancia para los responsables políticos», lamentan. «Para abordar la exclusión social hay que invertir en recursos y no parece una prioridad. Se opta por la concertación con adjudicaciones a la baja. Así no se puede», inciden. A.G.