Gloria LATASA
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Calentamiento súbito estratosférico

Incertidumbre, interesante, vuelco…, son algunas de las expresiones que están utilizando los meteorólogos para hablar del comportamiento que esperan de la atmósfera en los próximos días y, tal vez, semanas. Una cosa está clara, no se contempla para nada el aburrimiento.

Por una parte, se espera que una lengua de aire frío venida del norte de Europa visite el suroeste del continente y haga que desciendan las temperaturas. Se trataría de una masa de aire polar continental –por tanto, fría y seca– que se desplazaría hacia el sur gracias al trabajo conjunto de un anticiclón situado en el norte del continente y de una borrasca colocada sobre el Mediterráneo occidental.

Por otra parte, cabe la posibilidad de que también haya borrascas que entren a la península por el suroeste, lo que propiciaría que se produjeran precipitaciones en lugares donde ahora escasean. Una situación meteorológica compleja y de difícil predicción que podría repetirse de nuevo a finales de febrero y principios de marzo.

¿Qué es lo que hace que la atmósfera se muestre tan dinámica y tan complicada de predecir? Se trata de un fenómeno que no es excepcional pero que tampoco es habitual. Es lo que se conoce como Calentamiento Súbito Estratosférico (CSE) o Sudden Stratospheric Warming (SSW).

En principio, el lugar donde ocurren los fenómenos meteorológicos es la troposfera (la primera capa atmosférica, en la que vivimos). Es la auténtica «fábrica del tiempo». Sin embargo, en la siguiente capa, la estratosfera, pueden producirse alteraciones que terminen afectando a la primera.

Esto es lo que pasa, por ejemplo, cuando se produce un sobrecalentamiento súbito de la estratosfera. La consecuencia es que las masas de aire del vórtice polar (torbellino que «sujeta» el aire frío sobre el Polo) se vuelven inestables y comienzan a bajar más hacia el sur. Incluso, pueden llegar a adquirir un movimiento contrario al habitual (retrógrado) y desplazarse de este a oeste. Cuando algo así sucede, grandes lenguas de aire frío viajan hacia Norteamérica y/o hacia el sur de Europa.