Iñaki ZARATIEGI
MÚSICA

A la sombra del Orhi

Una vieja jota habla de la «mozica» de «ojos azules de tanto mirar al cielo». Parecida lógica usa Jean Mixel Bedaxagar al explicar que el cancionero zuberotarra procede de pastores y lugareños que se extasían con el vuelo del «belatxa», el «arrano» y otras aves sobre el macizo de Arbailak y el primer Pirineo altivo. Y con el nombre de esa primera rapaz tituló su quinto disco que este fin de semana presentó en Donostia y Amasa-Villabona.

Aunque el de Urdiñarbe se guardó la belleza tarareada de su «Belatxa», arrancó la entrañable sesión donostiarra con la vibrante jota «Nafarroa» a capell a, mientras que Etxekopar protagonizaba una de sus primeras animaciones campestres con esquilas y sonidos pastoriles. Ofrecería después trinos, danzas y otras travesuras, arropando poderosamente al protagonista mayor a los coros, flautas y salterio. El nervio y humor del de Gotaine equilibran la seriedad cantora y escénica de su paisano, mientras el británico-xiberotarra Standen mantiene brillante el andamio instrume ntal del set con su impecable violín.

Cantó enorme Bedaxagar en todo tipo de tonos dulces («Maitea non zirade?», «Errakozu ene partez», «Ürzo bat jin izan da Katalunia aldetik», «Gaztetarzünak bainerabila», «Aro berria»…), entonó su adaptación de la habanera «La paloma», de Iradier, en recuerdo a su amigo Nestor Basterretxa, y la hermosa velada tuvo de perfecto colofón el canto a coro de «Goizian argi hastian», del maestro Etxahun-Iruri. La melancolía xiberutarra hecha celebración colectiva.