La canciller en funciones, Angela Merkel, ha logrado restablecer el orden en su partido después de las críticas internas que recibió a consecuencia de como había gestionado las negociaciones con el Partido Socialde- mócrata de Alemania (SPD) y su aliada regional, la bávara Unión Social Cristiana (CSU) sobre una tercera Gran Coalición.

Para empezar, 975 delegados aprobaron el pacto de Gobierno; sólo 27 votaron en contra. Merkel logró este extraordinario respaldo porque, por un lado, en su discurso ante el congreso reconoció de una manera insólita haber cometido errores y, por otro, cumplió su palabra respecto a la renovación del partido y del Gabinete.

Pero Merkel no sería Merkel, si –siendo doctora de Física y Química– no hubiera sopesado estas concesiones con otras cuestiones que fortalecen su posición hasta que ella decida retirarse del poder. La jugada más clave fue presentar a su fiel correligionaria, la actual ministro presidente del País de Sarre, Annegret Kramp-Karrenbauer (AKK), como nueva secretaria general. Después de un discurso combativo, la candidata recibió el 98,9% de los votos. De esta forma, Merkel cuenta con una persona de confianza al frente de la formación, a la que mantendrá ocupada con el debate sobre su nuevo programa.

La otra jugada consistía en encontrar el balance justo entre leales y críticos a la hora de confeccionar la lista de sus seis ministros. A su más destacado y ambicioso crítico, Jens Spahn, le ha nombrado ministro de Sanidad. De esta forma, lo coloca bajo la disciplina ejecutiva. Si no tuviera suficiente trabajo con los problemas sanitarios, tendrá que moverse con cuidado también por sus anteriores vínculos con la industria farmacéutica. Para que los medios no hablen tanto de Spahn, nombró ministra de Educación a la absolutamente desconocida Anja Karliczek, mientras que otra figura crítica, Julia Klöckner, puede ganar méritos como ministra de Agricultura. A su también rival Ursula von der Leyen, Merkel le mantiene como ministra de Defensa, sobre todo por los graves problemas que sacuden a las Fuerzas Armadas. Sus dos leales, Peter Altmaier y Helge Braun, ocuparán las carteras clave de Economía y de la Cancillería.

Con el apoyo de la CDU, Angela Merkel está preparada para gobernar con el SPD, si sus bases aprueban la GroKo, o en minoría, en caso contrario.

AKK inicia la renovación de la CDU atacando a los liberales

La nueva secretaria general de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer (AKK), ha iniciado la renovación ideológica del partido con un fuerte y, por lo tanto, inesperado ataque contra su tradicional socio de Gobierno, el Partido Liberaldemocrático (FDP). También se distanció de la xenófoba Alternativa para Alemania (AfD) y anunció que iba por recuperar tanto los 900.000 votantes que optaron por la AfD como el 1,4 millón que le quitó el FDP.

En su muy combativo discurso, la saliente ministro presidente del País de Sarre dejó claro que seguirá el rumbo centrista iniciado por la presidenta de la formación, Angela Merkel, poniendo al individuo tal y como es en el centro de su ideología conservadora burguesa. Para ello, AKK, como le apoda su propio partido, pretende dar más protagonismo a sus bases, que en los últimos años se han sentido más mandados que escuchados por su presidenta Angela Merkel. Prestando oídos a los militantes, AKK quiere determinar los temas clave del nuevo programa de la CDU.GARA