TOTTENHAM 1

JUVENTUS 2

Habrá quien le recrimine que podía haber jugado así desde el principio, pero con un equipo con bajas importantes como Cuadrado o Mandzukic, Massimiliano Allegri acertó de pleno con los cambios introducidos en la segunda mitad, especialmente con la entrada de Lichtsteiner al lateral derecho y la vuelta de Barzagli al eje de la defensa, para dejar en nada el buen partido del Tottenham, que pagó su inexperiencia en estas lides. El oficio juventino, ese que va en sus genes, y el acierto del tantas veces denostado Higuaín, con tres goles y una asistencia en la eliminatoria, dieron el pase a cuartos a los italianos.

En la primera parte la iniciativa fue local, por mucho que, con el resultado de la ida, era la Juventus la que necesitaba marcar imperiosamente. Pero debe ser cuestión de ADN y fueron los de Pochettino los que buscaron la portería contraria con más ahinco. Con todo, tuvieron los juventinos sus opciones, sobre todo en un más que posible penalti sobre Douglas Costa en el minuto 16 de juego.

El entusiasmo local tuvo su premio poco antes del descanso, con un remate nada ortodoxo del coreano Son que batió a un Buffon que se cayó al suelo demasiado pronto.

En la reanudación, no de inmediato, pero Allegri se vio obligado a mover ficha y sus modificaciones, dando entrada a Asamoah y a Lichsteiner, tuvieron un efecto inmediato. Y es que fueron menos de diez los minutos que los piamonteses necesitaron para darle la vuelta al partido y a la eliminatoria. El impacto del lateral suizo fue brutal pues apenas en tres minutos inició la jugada que, tras combinar con Khedira, sirvió a Higuaín, que ya hizo los dos goles en la ida, para poner el 1-1.

Gol y asistencia

El argentino, muy criticado por sus errores en momentos claves, ejerció de líder ayer en Wembley y prácticamente dos minutos después, asistió a Dybala para que el primer gol en Champions este año del argentino les pusiera la eliminatoria de cara.

Porque, por mucho que el Tottenham apretara, ya solo les quedaba aguantar el chaparrón y se aferraron al marcador con uñas y dientes, incluso al poste que repelió un cabezazo de Kane en el minuto 88.