Subida al «indomable» San Formerio,y al «menor» Montemayor

Siendo cimas sin demasiada dificultad ni altitud, son una buena opción para encadenar dos rutas en un mismo día de monte.

Otra vez, os propongo realizar dos excursiones en el mismo día para subir a dos cumbres puntuables. Cada una de esas cumbres puntuables, por separado, son demasiado pequeñas para hacer un Ibiliz. Sin embargo, cada una de esas cumbres puntuables son demasiado grandes para dejarlas pasar de lado. ¿Solución? 2x1.

Con la ascensión al San Formerio podréis visitar su Ermita, situada en la misma cumbre. Este santo decían que tenía la propiedad de domar a las fieras. Por otra parte, la Ermita fue en su día fortín en las guerras napoleónicas y carlistas. Es por ello que cuenta con elementos más propios de una fortaleza militar.

Quizás el Montemayor debería llamarse “Montemenor”. Y es que pocos montes más fáciles que este habrá para ascender. Eso sí, para ser justos, es una agradable ascensión con unas vistas que merecen la pena. Aquí se cumple bien el dicho de “más vale ser cabeza de ratón que cola de león”. Ya que el ser puntuable es lo que hace que lo visitemos.

Bonito cresterío

Desde el final de la pista de cemento blanco, sale otra pista de tierra dirección sur. En pocos metros termina esta nueva pista, justo al lado de un murete de piedras. Ahora lo que tenemos que hacer es meternos un poco campo a través por un difuso sendero. En breve, llegaremos al inicio del cordal oeste, muy evidente.

En el cordal avanzaremos por otro difuso sendero que va por todo el filo de la cresta. Mientras ascendemos, pasaremos por unas terrazas de piedra muy muy chulas. A veces, son un pelín aéreas y, además, crean formas muy bonitas.

Justo antes de llegar al collado anterior a la cumbre, veremos que el sendero se divide en dos, cogeremos el de la derecha. Pronto, llegaremos a una Línea de Media Tensión. Nada más pasarla, veremos un sendero que sube hacia el norte. Al poco de incorporarnos a él, llegaremos a otro de mucha más entidad. Torciendo a la derecha por este último, apareceremos en el San Formerio (752 m).

Volveremos sobre nuestros pasos, bajando por ese sendero tan bien marcado sin salirnos de él. Cuando llevemos, más o menos, un cuarto de hora, llegaremos al “Cruce de Burgueta-Estavillo”. Aquí torceremos a la izquierda para seguir bajando. En un momento dado, dicho sendero atraviesa una pieza, cosa curiosa. Aquí ya sabéis, “sin pisar el sembrao, que el sembrao es sagrao”. Continuaremos hasta llegar a una pista de tierra. Simplemente seguiremos por ella para otear enseguida el antiguo Depósito de aguas de Estavillo, punto y final.

Visita a otra Ermita

Desde la plaza de Antezana de la Rivera nos dirigiremos hacia la parte noroeste del pueblo. Por los laterales de la casa situada en lo más alto del pueblo, sale un sendero que nos llevará directamente a una pista. Dicha pista sube hasta la ermita de Nuestra Señora de la Alegría, bonito nombre. Carlos Soria comentaba que para él la montaña es sobre todo alegría, ¿qué es la montaña para ti?

Una vez en la Ermita, lo único que tenemos que hacer es seguir la pista que va por el borde del monte hasta aparecer en el Montemayor (734 m).

Desde la cumbre seguiremos por la pista dirección oeste unos 800 metros hasta que lleguemos a un cruce en el que sale un camino hacia el norte. Este camino baja y nos deja en otra pista, justo en la falda del monte. Aquí torceremos a la derecha, bordeando la falda de la montaña, para regresar a Antezana de la Rivera.