«Es muy probable que Rusia fuera responsable del acto» contra Serguei Skripal y su hija Yulia, heridos de gravedad en la ciudad de Salisbury con un gas nervioso, afirmó la primera ministra británica, Theresa May, que subrayó que el veneno es de uso militar y se fabrica en Rusia.

La primera ministra dio además a Moscú un plazo hasta hoy para aclarar si usó el arma o cayó en manos de alguien y para dar explicaciones a la Organización para la prohibición de armas químicas.

«Hay solo dos explicaciones plausibles sobre lo que ocurrió en Salisbury el 4 de marzo: o fue un acto directo del Estado ruso contra nuestro país, o el gobierno ruso perdió control de este agente nervioso potencial y catastróficamente dañino», señaló May a la Cámara de los Comunes. Destacó que el arma usada contra Skripal, un exespía ruso que fue condenado en su país por alta traición, y su hija «es un agente nervioso de grado militar de un tipo desarrollado por Rusia», los gases conocidos como «Novichok».

May citó el historial de Rusia «en llevar a cabo asesinatos organizados por el Estado» y el hecho de que vea «a algunos desertores como blancos legítimos», para concluir la muy probable responsabilidad del país. Además, recordó las sanciones contra Rusia en vigor y dijo estar dispuesta a tomar medidas más importantes. Previamente, la embajada rusa había aconsejado a May que no entrase en un «juego peligroso» que pone en riesgo las relaciones bilaterales. «Esto es un espectáculo circense en el Parlamento británico» y «una provocación», dijo el Ministerio ruso de Exteriores.

Asimismo, el presidente ruso, Vladimir Putin, pidió a Reino Unido que aclare qué es lo que pasó con Skripal antes de hacer conjeturas sobre la culpabilidad de Rusia. «Investiguen en su país y después discutiré con usted», respondió Putin a un periodista de la BBC

El excoronel y su hija siguen en estado grave en el hospital, junto a un policía que también resultó herido al atenderles

Tras una semana diciendo que no existía peligro para el público, las autoridades pidieron a cerca de 500 clientes que estuvieron en el pub y el restaurante en los que Skripal y su hija tomaron algo, que adoptaran medidas para eliminar la contaminación de la que han hallado rastros.