Saturraran-Tontorramendi

La «Berdel Eguna» de Mutriku nos ofrece el próximo sábado la ocasión perfecta para completar esta ruta con olor a salitre.

Continúa el periplo, de excursiones “sabrosonas”… Situémonos. De los casi seiscientos montes catalogados de Euskal Herria, en torno a una decena se sitúan en primera línea de costa. De ellos, algunos, tienen como punto de partida “oficial” la playa más cercana. Y entre estos, hay uno que ofrece gastronomía de interés cercana, este próximo fin de semana. Hablamos concretamente de Tontorramendi, y hablamos del Berdel Eguna de Mutriku.

Este sábado 24 de marzo se celebra su vigesimotercera edición, donde el visitante tendrá la ocasión de degustar este pescado en un entorno festivo incomparable, en el marco de un programa que incluye: cesta punta, campeonato de embarcaciones de vela, feria de artesanos, trikitilaris, conciertos varios y en edición mañanera (12.00) como en vespertina (18.00), habrá lógicamente degustación de pintxos de verdel en los bares y el puerto.

No nos hemos equivocado de sección. No estamos en Itsasoa, ni en gastronomía, estamos en el Ibiliz de Mendia y, con el pretexto de esos pintxos, haremos una excursión a medida.

Situados en el aparcamiento de Saturarrarango hondartza, acerquémonos a la playa y miremos al N un momento. Hagamos una inmersión imaginaria al cretácico de hace 110 millones de años, contemplando sus peculiares rocas, procedentes de sedimentos marinos plenos de materia orgánica, la cual oscureció estas rocas. Es el flysch negro de Mutriku.

Miremos hacia el S e iniciemos la excursión, o lo que es lo mismo, la emersión, para afrontar lo que la orogenia pirenaica levantó aquí, del fondo marino hace 40 millones de años, mientras avanzamos junto a la erreka y por la carretera por la que hemos llegado.

Llegamos así al cruce con la carretera principal donde tomamos por la izda y previo a la gasolinera, por la dcha., para poder iniciar el ascenso siguiendo las marcas blanquiamarillas, que nos conducirán a buen puerto o a buen collado, tras más de 20 minutos. Durante este tiempo, habrá que estar atentos a los distintos cruces mientras somos testigos de la perdida de anchura y firmeza originales (2 desvíos a derecha y 1 a izda).

Situados sobre Burgoako lepoa, tras la valla, en la misma muga entre Gipuzkoa y Bizkaia, tomaremos dirección a la ermita de Santa Kurutz, siguiendo religiosamente las marcas rojiblancas, en un trazado que se convierte en un “rosario” y “procesión” biprovincial, con cruces. Por momentos, a la izda, se abren ventanas donde destaca el verde oscuro producido por el encinar cantábrico de Arno, pero que en el cretácico fue arrecife coralino tropical. Al poco, dos grupos de hayas son dos suspiros, en la subida antes de llegar a la ermita.

Tras ella, nuevas lomas y antenas esperan al montañero, si bien evitaremos la primera de ellas en el ascenso, tomando el camino de la dcha, obedeciendo las marcas rojiblancas y blanquiamarillas, siguiendo la dirección Tontorramendi y atravesando la pista vinculada a la antena. Con la primera loma detrás, nos divorciaremos de las marcas blanquiamarillas que se desvían por la izda, para así afrontar un pequeño repecho tras el cual la pista forestal nos conduce directamente a la cima del monte Tontorramendi (386m).

Protagonizada por el vértice geodésico, esta cima esta amenizada por un acebo (gorosti-koasti), recuerdo de los amigos de Alkartasuna, y parece simular un homenaje a todos los acebos, encinas cantábricas y robles que en su día poblaron estos montes, hoy dominados por el pino insigne. Estas plantaciones se interrumpen en amplia ventana por el W, ofreciendo desde la cima unas preciosas vistas hacia la costa de Bizkaia, mientras por el E, la costa de Gipuzkoa se esconde entre la espesura de los pinos.

Iniciamos el descenso sobre la traza de subida hasta que llegamos a la loma rodeada en la subida. Nos disponemos a subirla, buscando vistas, las cuales encontramos un tanto afeadas por tendido eléctrico, y descendiendo alcanzamos el trazado de subida. Deshaciendolo, volvemos a pasar por la ermita de Santa Kurutz, y llegando al collado de Burgoa, donde nos desviaremos por su caserío y nave, buscamos Ondarroa, huyendo del trazado de subida.

Con pista asfaltada y vistas hacia el mar y Ondarroa, la traza rodea la loma por el W, hasta alcanzar otro diminuto collado que deja a la izda el caserío de Akilla. Tentados por probables y novedosas vistas, iniciamos el rápido ascenso de la loma que tenemos al frente y denominada Akillamendi y cuyas vistas al N no defraudan lo más mínimo.

Este balcón natural y mugalari, de claro olor marino y sabor marinero (el verdel esta cerca), ofrece al NE inmejorables vistas hacia la playa de Saturraran y sus célebres rocas, hacia el N el inmenso mar y hacia el NW, el puerto de Ondarroa. Nuevamente diversa planta autóctona, ameniza el lugar.

Retrocediendo volvemos a las marcas blanquiamarillas, que de manera decidida y tras revueltas, nos conducen a la carretera y al pueblo de Ondarroa. En esta ocasión, decidimos prolongar esta excursión, tomando en la carretera por la izda, hasta descender, junto al club de remo, al paseo que junto a la ría se acerca a la playa de Arrigorri.

Desde la citada playa, un paseo marítimo, nos conducirá a la playa de Saturarran, inicio y final de esta excursión. Mutriku y su verdel del mediodía, nos esperan.