EZKURDIA-ZABALET. 22

ALTUNA-MARTIJA 11

José Javier Zabaleta acudió ayer al Astelena con ciertas dudas. No es la Catedral un recinto en el que se encuentra especialmente cómodo y, desde luego, no sería el eibartarra el escenario que elegiría para un partido crucial como el de ayer. Sin embargo, no solo él, sino los muchos pelotazales que acudieron ayer al frontón de la calle Isasi lo abandonaron con la sensación de que el de Etxarren tiene ahora mismo el bastón de mando de una liguilla de semifinales que mantendrá la emoción hasta la misma última jornada.

Y es que, hasta Aimar Olaizola y Ander Imaz, que podían haber sido finalistas ayer mismo en caso de victoria de los azules, están prácticamente obligados a vencer –deben hacer 19 tantos– el próximo sábado en Bilbo a la pareja navarra de Aspe y eso, con un Zabaleta al nivel de ayer, se antoja muy complicado incluso hasta para el goizuetarra en su estado actual.

Porque mejorando incluso la gran línea que comenzó a marcar el sábado pasado en su «casa» del Labrit, el zaguero de Etxarren se hizo el amo y señor del Astelena, pegando mucho con ambas manos, pero también andando mucho en la cancha, cubriendo el txoko y concentrando sus dos únicos errores en la primera media docena de tantos. Además, se permitió el lujo de terminar dos tantos con dos preciosas dejadas al ancho, una más centrada y la última prácticamente desde las tablas, en una demostración del momento de confianza que atravesaba.

Y con el de Etxarren en ese estado óptimo, el zaguero de Aspe es capaz de cambiar el rumbo de los partidos, en parte también porque sus delanteros ven los partidos de una manera muy distinta. Joseba Ezkurdia es otro de esos pelotaris algo inestables y el juego arrollador de Zabaleta le permite no tener que ajustar tanto sus remates para hacer daño y su potencia y el ritmo que imprime a la pelota lo convierten en un puntillero de primer nivel en efectividad sin tener que ofrecer exhibiciones artísticas en ataque.

Fuerte golpe de Altuna III

Pero esa es solo una parte, muy importante del 22-11 que deja virtualmente fuera de la final a Altuna III-Martija. La otra, necesaria para hacerse una idea completa de lo que sucedió en el Astelena, nos remonta al empate a tres, el último del partido, cuando Jokin Altuna se llevó un fuerte golpe en la cara interna de su rodilla derecha. Tras pasar por el vestuario, el de Amezketa regresó a la cancha, pero con fuertes dolores en la zona y cometió cuatro errores claves en el estirón definitivo de los colorado, que se escaparon 11-3.

Aunque terminó el partido con cierta normalidad, para nada fue el Altuna capaz de enredar a sus rivales y, poco atinado en ataque y cometiendo más errores de lo habitual, no fue capaz de oponer la resistencia que de él se esperaba. Martija soltó algunos buenos pelotazos en la fase final del partido y por ahí maquillaron algo su derrota, pero no lo suficiente para seguir teniendo fe en sus opciones de final. Además, habrá que ver si el amezketarra está en condiciones de jugar el domingo.

Contra Aimar-Imaz, el sábado en Bilbo

Minutos después de la conclusión del partido del Astelena, los responsables de Aspe y Asegarce se reunieron para decidir el orden de los partidos de la última jornada, ya previstos para el Bizkaia de Bilbo y el Ogeta gasteiztarra. La promotora bilbaina se llevó su partido del sábado al frontón de Miribilla, un recinto que parece adecuarse mejor a las características de su pareja que la cancha del Ogeta, que podría ser especialmente complicada para Ander Imaz, especialmente si Zabaleta es capaz de mantener el nivel de estas dos últimas semanas.

Las dos parejas lo tendrán claro en ese partido: el de Goizueta y el de Leitza deben llegar a 19 tantos, mientras que los de Aspe necesitan imperiosamente la victoria y que sus rivales no lleguen a esa cifra de 19, para no esperar a lo que suceda en Gasteiz. En el Ogeta, Elezkano II-Rezusta necesitarán la victoria, independientemente del tanteo. J.O.