Jon ORMAZABAL
EMAKUME MASTER CUP

Escaparate en la Catedral

Llenar un templo de la mano como el Astelena es el reto de cara al domingo de las finales del Parejas.

Curtida en cientos de frontones, de dentro y de fuera de nuestras fronteras, la de ayer fue la primera visita de Patri Espinar al Astelena de Eibar, probablemente la cancha con más historia de las que sigue en pie. Allí han jugado todos los mitos de la pelota a mano y el domingo se repartirán las txapelas de la segunda edición del Emakume Master Cup, competición que ha supuesto una revolución en la incorporación de la mujer a la modalidad.

Sus butacas de cancha de madera, la imponente efigie de Gallastegi que preside la contracancha... todo en el Astelena rezuma historia y es un escenario que, si ya vacío impresiona, qué decir con un lleno, el «reto» que la pelotari de Usansolo ha lanzado a los pelotazales para el mediodía de este domingo. «No me da vértigo, a mí me gusta. Estoy muy acostumbrada a que no haya nadie en el frontón cuando juego y prefiero que cuando juego a pelota, o antes, cuando jugaba a fútbol, el frontón o el campo estén llenos. Hemos jugado muchas veces con el frontón vacío y eso sí que da pena», apuntó la pelotari que el año pasado se proclamó campeona del mundo en la modalidad de One Wall en Colombia, tanto en individual como por parejas.

Sin embargo, el poder jugar ante más de mil personas es uno de los mayores estímulos de su carrera, lo que le hará jugar tras un torneo en el que ha sufrido mucho de las manos «Tengo las manos moradas, pero no me preocupa, porque sé jugar con mal de manos y con otros problemas físicos».

Y es que el desafío de llenar las más de 1.000 butacas del frontón de la calle Isasi, un recinto en el que incluso los mejores profesionales masculinos tienen problemas para poder colmar, es el mejor reflejo del auge que ha tenido la mano femenina en apenas dos años.

Varios autobuses

De momento, las perspectivas que manejan desde la organización del evento apuntan a un gran ambiente –no habrá que pagar entrada– en el Astelena, las finales también serán emitidas en directo por ETB, y desde Azpeitia –localidad de dos de las finalistas de promoción– y Etxebarri, pueblo de Leire Etxaniz, vigente campeona del torneo de primera, tanto en el cuatro y medio como por parejas, se han organizado sendos autobuses para acudir a Eibar.

El menú también será de primer nivel, con dos finales, a priori igualadas, si bien es verdad que se prevé mayor equilibrio en la de promoción, con las azpeitiarras Ohiana Orbegozo y Alaitz Badiola contra Ainhoa Urien, de Abadiño, y la donostiarra Amaia Vicario. Las dos parejas superaron sus respectivas semifinales por un solo tanto y no hay favoritas.

En primera, Olatz Arrizabalaga, de Gernika, y Leire Etxaniz, de Etxebarri, son favoritas para revalidar el título que obtuvieron el año pasado. En semifinales superaron en Oñati a Miren Larrarte y Maider Mendizabal –finalista el año pasado– en un partido de 1.051 pelotazos, algo que nadie cree se pueda repetir el domingo.

En parte, porque la pareja vizcaina es consciente de que deberá cambiar de estrategia –evitarán a Espinar y cargarán el juego a Arrieta–, pero también porque sus rivales no están por la labor de un partido tan largo. «Yo me la jugaré antes, saldrá bien o mal, pero yo no aguanto un partido así» dijo la zaguera.

«Emahotsa», otro proyecto en Uharte

Emakume Master Cup fue, sin duda, el gran dinamizador que dio visibilidad a la mano femenina, pero paralelamente existen otros proyectos muy interesantes como la plataforma Emahotsak, presentada el sábado en Uharte con unas 20 pelotaris y con el objetivo «de ser 80 o más en un par de años»

Marian Gainzarain, del Zaramaga Pilota Elkartea de Gasteiz, y Txema Laso, del club pelotazale Huarte, son los impulsores de esta «plataforma, sin cargos, sin sede ni cuotas». Según estos impulsores «nuestro objetivo principal es apoyar e impulsar que las pelotaris puedan desarrollar un recorrido deportivo similar al de los chicos en la modalidad de pelota a mano. En el frontón no hay chicas ni chicos, sino pelotaris».

Además de crecer, buscan la «normalización», jugar por categorías, como los chicos. «A veces se nos agrupa desde alevines a juveniles, con ventajas en el saque, pero no es lo ideal».GARA