Pablo CABEZA
BILBO
Elkarrizketa
MIKEL INUNZIAGA
VOCAL, MULTIINSTRUMENTISTA DE INUN

«No me gusta hacer apología de la tristeza, ni mucho menos»

«Aingurak» es el tercer disco del zornotzarra Inun. Álbum que internamente recoge el tono intimista de sus trabajos previos, aunque también expande texturas y tonos hacia canciones extrovertidas. Un combinado de propuestas que podrá escucharse hoy en Kafe Antzokia de Bilbo, a partir de las 22.00.

Ser solista en Euskal Herria o cargar con la etiqueta no es sencillo a pesar de la extensa y rica historia que precede. Inun es Mikel Inunziaga, músico que se desenvuelve bien con diferentes instrumentos aunque su robustez parte de la voz, la guitarra, composición y textos. No obstante, y de forma pragmática, Inun puede desenvolverse como dúo, trío o banda. tal y como se presenta hoy en Kafe Antzokia de Bilbo a partir de las 22.00, donde contará con el apoyo de Argibel Euba (batería), Dani Tomás (guitarra eléctrica), Bihotz Gorospe (coros y percusión); Ekain Alzola (bajo) y para este concierto de presentación de “Aingurak” la colaboración del trompetista Sergio Mayoral, que está en tres temas del disco. «Estamos preparando el concierto con mucho esmero, creo vamos a ofrecer un buen espectáculo».

En “Aingurak” Inun demuestra versatilidad, una búsqueda de equilibrios para romper con una de sus facetas: la íntima, donde las copas y las charlas deben callar, donde el corazón y las arterias comprimen la sangre para lanzarla y entrar en relajo. Bajo este estado de pulso latente se mueven “Oi bihotz”, “Aingura”, “Nor ari da” y “Zer emateko prest zaude”, de una belleza desoladora. Este Inun nos expolia las emociones, nos despoja de lo que somos para convertirnos en canción, en letra. Funde el corazón cada tres minutos y nos deja la piel en el suelo.

No obstante, Inun no es monocromo por lo que equilibra el tipo de emociones con aires y arreglos diferentes, por eso cuenta con una segunda voz, con una guitarra eléctrica o una trompeta, instrumento que si en el folk-pop no se abusa suena emergente, destacado y dueño del espacio, como en “Aingurak”.

La otra parte del disco es igual de melódica, punto fuerte de Inun, pero los arreglos son más extrovertidos: desde ritmos ligeros a más rockeros o bien pegadizas por el uso de coros y estribillos bien marcados. Es el equilibrio que convierte “Aingurak” en una propuesta salpicada de visiones y formas peculiares. «No me gusta hacer apología de la tristeza, ni mucho menos. Por eso, he introducido también canciones más ligeras, añadiendo aire al disco».

Imposible no volar o ser parte de “Agian”, generosa con la cintura y el estribillo; de “Piztia zaurituak”, con sus diferentes pinceladas en un brillante ejercicio de arreglos; de “Nabil banabil”, tan cálida y sabrosona o “Desterratuen kaia”, próxima a un elegante soft-rock.

Inun pose una voz de medios tonos agradable y con recorrido, flexible. Afinada, punto metálico. Es un inspirado compositor y arreglista. Un ser sobrio.

Se mueve entre canciones de aire cálido, cercanas al folk acústico o al pop, sin cerraduras.

Me siento muy a gusto en ese terreno, sí. Pero intento no cerrarme a componer en un mismo estilo. Por eso, procuro tocar diferentes estilos y variar la forma de componer y de cantar.

«Agian» podría es dinámica y colorista, pero no abre disco, sí la más privada «Piztia zaurituak».

Quería abrir con “Piztia zaurituak”. Una canción con texto potente, escrito por Iñigo Astiz, y a la vez fresca, por su melodía de pop clásico.

«Agian», hasta un «quizá florezcan las cerezas», ¿no le inspira mucha confianza el entorno?

¡Jaja! En esta canción también hay un equilibrio, ¿lo ves? Me inspiré en nosotros, en Euskal Herria. Hay veces que veo la luz y otras en las que me tiro de los pelos. Y eso es lo que quería reflejar en “Agian”.&discReturn;

¿Tiene algún contrato con la belleza musical o el buen gusto ambiental? Por ejemplo «Oi bihotz», aunque parece querer equilibrar el peso musical con la mencionada «Agian» o «Nabil banabil». Contrastes.

En este disco hay canciones con más peso que otras, eso es. He procurado buscar un equilibrio general, no quería que me saliera un trabajo demasiado oscuro. Por eso, aunque hay canciones con mucho peso, hay otras que se han refrescado dándoles una melodía o ritmo más ligero. Aunque hay temas de estilos diferentes, cada una te invita a reflexionar. Es un disco introspectivo, en su medida. Se plantean preguntas y críticas a la situación social actual y a uno mismo.

«Aingura» posee un ambiente sobrecogedor, del que participa una guitarra eléctrica sombría repleta de buen gusto.

La letra es de Jon Benito, y por lo que me sugería su texto quise darle un tono especialmente ambiental y envolvente. Dani Tomas le dio ese toque oscuro con su guitarra eléctrica.

Y por si acaso afianza esta línea musical con «Nor ari da», otra canción que hace daño por dentro, por debajo de la capa de las emociones y la quietud por mucho que con los segundos el corte gane en intensidad y revierta en un tono épico.

Me gusta emocionarme en mis canciones, y aquí lo hago. Esta es una canción cruda donde se critica la situación social actual. Según la canción avanza me voy poniendo más y más agresivo, la canción va creciendo hasta el punto final.

¿Tiene días para la melancolía y los aprovecha? ¿Otros para los cortes más animados y entusiastas?

No me paro a pensar antes de componer. Y es mejor así, además, basta que quieras componer algo concreto para que no te salga nada. A veces estás bajo de ánimo y te sale algo más movido, y otras veces estás que te comes el mundo y compones un dramón. El truco es estar siempre dispuesto a componer, pero sin ideas preconcebidas.

¿Esas huellas de la portada dejan algo atrás?, ¿van hacia el futuro con confianza?

Son las huellas del tiempo, las de la reflexión. Nos hace falta reflexionar sobre nosotros mismos y sobre la sociedad que estamos construyendo.

¿De dónde le llegan las influencias para componer-arreglar un tema como «Desterratuen kaia», con aportación de coros de Bihotz Gorospe y, de nuevo, cierto brío? Claro, esto del brío es relativo, porque la intensidad se encuentra en potencia en todas las canciones, en todos los estilos y tiempos.

Efectivamente, el brío en esta canción es relativo; tiene un ritmo asincopado que anima, además Bihotz Gorospe aporta frescura con su voz, pero a la vez un texto y una melodía que son oscuras. Y en cuanto a la influencia, no sé qué decirte, escucho música de diferentes estilos y me alimento de todos ellos, pero yo diría que está canción tiene influencias de la música americana.

¿Es complicado enfrentarse a una audiencia que seguramente aprecia su sensibilidad, pero que, como sucede en la mayoría de los casos, no cesa en charlar mientras oye?

Mi música, por su estilo, requiere de cierto silencio para ser escuchada. Cuando eso ocurre, disfruto como un niño durante el concierto, y por suerte cada vez toco en más espacios donde el ambiente es adecuado para la música que toco. Pero no siempre ha sido así, sobre todo con el primer disco. Pero con el tiempo vas aprendiendo a identificar en qué espacios tocar y en cuales es mejor decir no.

Se despide del disco con cierta prontitud, menos de media hora, aunque poco importa si las canciones son las adecuadas, y lo hace con otra apuesta por la delicadeza sensorial. Intuíamos con el inicio de la primera escucha que se despediría a todo ritmo, pero ha preferido decantarse por lo que quizá más le define, esa tipología de canción que vapulea y brilla hasta emborronar la mirada.

Muchas gracias. En cuanto al número de canciones, no pienso demasiado en ello. Sobre todo pienso en el maridaje correcto entre ellas, en intentar hacer un disco equilibrado y que represente lo que en este momento soy. Finalizo con “Zer emateko prest”, una canción con miga, sincera y con escaso maquillaje, me parece una bonita forma de despedirse.

En este disco repite con su antiguo profesor de guitarra y músico de conservatorio Dani Tomás, con la vocalista Bihotz Gorospe. Se se incorporan Ekain Alzola, bajo y teclados, y Sergio Mayoral, trompeta... ¿Necesidades de guion?

A mí me gusta tomar la responsabilidad de la grabación en mis discos, en la medida de mis posibilidades, grabando diferentes instrumentos. Pero para la grabación de ‘Aingurak’ quería una participación mayor de músicos, porque creo que aportan riqueza al disco. Ekain Alzola ha grabado los bajos, Dani Tomás algunas guitarras eléctricas y Bihotz Gorospe los coros. Y al equipo de trabajo se ha sumado Sergio Mayoral, dándole color con su trompeta a algunas canciones. Rubén G. Mateos también es una pieza clave, ya que me ha ayudado mucho en grabación y es él quien con la mezcla y masterización ha redondeado el sonido del disco.