Jon ORMAZABAL
Pelota

Elezkano-Rezusta, defensa a prueba de bombas

Remontaron un 18-21 adverso ante unos incisivos y frescos Altuna-Martija para colarse en la final de Bilbo.

ELEZKANO-REZUSTA 22

ALTUNA III-MARTIJA 21


Tras el recital ofensivo y de poder de los destructores Ezkurdia y Zabaleta del sábado en el Bizkaia, la final del Parejas la completan Danel Elezkano y Beñat Rezusta gracias a su tenacidad y su defensa. Una defensa a prueba de bombas, como la que a punto estuvo de explotar en el Ogeta gasteiztarra, cuando unos ya eliminados pero frescos Altuna III-Martija tuvieron contra las cuerdas a la pareja más sólida de la primera vuelta, ayer paralizada por la presión, con un alarmante 18-21 en el marcador. Olaizola-Imaz, que siguieron el duelo desde la distancia, se quedaron a un solo tanto de los azules y fueron los grandes damnificados, pero en líneas generales, y en una semana especialmente tensa tras un campeonato complicado, el gremio de pelotaris, con sus actuaciones más o menos correctas, vuelve a quedar como el mejor activo de este nuestro deporte.

Porque aficionados a las teorías de la conspiración los ha habido y los habrá siempre, no había más que darse una vuelta por las redes ayer por la tarde, pero a aquellos que insinuaron que Altuna «no quiso ganar» tras el 18-21, solo hace enseñarles el vídeo del gancho que Elezkano levantó desde las tablas de la contracancha en el 20-21, o la pelota que Rezusta puso en el frontis, en ese mismo tanto, de volea, con los dos pies en el aire para derrumbar sus suspicacias. Qué decir de la magnífica dejada de Altuna en el ancho que levantó milagrosamente el de Zaratamo. Si verdaderamente las empresas son capaces de apurar tan al máximo y salir airosas, las otras muchas chapuzas que se siguen cometiendo son aún más imperdonables.

Se impuso la necesidad

Al final se terminó imponiendo esa lógica que habla de que en este tipo de partidos siempre gana el que más lo necesita, pero sin obviar que ayer lo hizo una pareja que ya había ganado otros cuatro partidos por la mínima en situaciones similares tras superar una situación extremadamente crítica en Oñati en la cuarta jornada.

Eso sí, el desarrollo del partido de ayer poco o nada tuvo que ver con esos precedentes. Porque ayer Elezkano y Rezusta, atenazados por la presión, fueron una sombra de lo que fueron en esa primera fase. Fue el zaguero el que comenzó más fallón de lo habitual para irse entonando según pasaban los tantos, mientras que a Elezkano se le apagaron todas las luces tras el 8-7, para volver a encendérseles en el momento adecuado. Por contra, Altuna-Martija jugaron su partido más suelto de semis, pero les faltó rematar.