Arnaitz GORRITI
BALONCESTO - SASKI BASKONIA

Solo el CSKA de Moscú puede parar a este equipo

El conjunto gasteiztarra pasó por encima de un Fuenlabrada al que abrumó en defensa y en ataque.Apenas se notó que los de Pedro Martínez disputaban su tercer partido en menos de una semana.

SASKI BASKONIA 95

FUENLA. 63


El gran pívot croata Nikola Vujcic declaró, después de un europeo de edad cadete en el que fue designado MVP, «nadie fuera de la NBA puede pararme». La realidad del jugador fue otra, hasta el punto de que tardó en ofrecer en profesionales lo que apuntaba en sus años mozos, y cuando logró al fin explotar en el Maccabi, las lesiones dejaron al dálmata sin opción de probarse al otro lado del Atlántico.

Todo esto viene a cuento porque a día de hoy Saski Baskonia solo parece parable por el CSKA de Moscú, o puestos a ser optimistas, por los equipos punteros de la NBA. Desde luego, este mes de marzo, nadie le está pudiendo toser al conjunto gasteiztarra, como bien pudo comprobar ayer en sus carnes el Fuenlabrada del «Che» García.

Los madrileños plantearon un partido físico, pretendiendo castigar a un Saski Baskonia que llegara al partido después de haber jugado el miércoles y el viernes. Una idea lógica en principio, pero que desde luego ayer no se notó tamaño castigo competitivo; se notó en la intensidad y acierto, pero no en el cansancio. Los gasteiztarras tardaron en ponerse en marcha, pero una vez cogieron velocidad de crucero, pasaron por encima de su rival.

El resultado del descanso, un 50-27 sellado con un triple de Timma, suponía la rúbrica a 20 minutos de enorme nivel por parte baskonista. Cierto que los bases –aunque Granger acabó repartiendo 10 asistencias– no estuvieron a su mejor nivel, pero el inacabable fondo de armario del Baskonia ejercía una presión insostenible para el Fuenlabrada. Janning asomaba con la muñeca bien caliente, mientras que Shengelia y Poirier hacían cuanto le venían en gana en la pintura. Además, la defensa ahogaba la subida del balón fuenlabreña, retrasando su puesta en escena en el campo defensivo local. Por ende, el acierto madrileño se resentía.

Fiesta en el parqué

Los 20 minutos restantes fueron lo más parecido a un recreo; hasta Granger se apuntó a terminar un alley oop, aunque el uruguayo falló. No así Garino, que culminó dos mates en transición para el delirio de los más de 9.000 aficionados congregados ayer en Zurbano.

Excepto el último período, más centrado a repartir los puntos y en el que la defensa brilló por su ausencia, el partido siguió los derroteros de «paliza unilateral» que de un tiempo a esta parte Saski Baskonia plantea a cuanto rival se le asoma.

Ahora toca esperar al jueves, para cerrar este marzo perfecto derrotando al Maccabi, y así dar un paso adelante en la Euroliga evitando al CSKA, el único equipo que puede parar al Baskonia.