Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «El Cairo Confidencial»

El caso del hotel Nile Hilton en la Primavera Árabe

El cineasta de origen egipcio Tarik Saleh solo había rodado un par de largometrajes en Suecia, uno de animación y otro de imagen real, por lo que su tercera realización supone un punto de partida autoral para darse a conocer internacionalmente, mediante una lluvia de premios tanto dentro de su país de acogida como fuera. Su ascendencia árabe le hacía perfecto para describir la realidad de El Cairo como ningún otro, pero a la vez el hecho de residir en el norte de Europa le confería el distanciamiento necesario para contemplar con objetividad los acontecimientos históricos en los que se ve envuleta la trama policial, y a los que telespectadores de todo el mundo pudieron asistir a través de los noticieros.

Tarik Saleh logra lo más difícil, al establecer un perfecto equilibrio narrativo entre el nivel puramente genérico y el ambiental, ensamblando la típica intriga de cine negro con el trasfondo social y político marcado por el estallido de la Primavera Árabe. Su jugada maestra consiste en colocar en un mismo plano temporal dos sucesos distanciados en el tiempo real apenas tres años, habida cuenta de que el asesinato de la cantante libanesa Suzanne Tamim ocurrido en el hotel Nile Hilton tuvo lugar en el 2008, pero sus consecuencias judiciales con la implicación de un empresario egipcio y de un miembro del Parlamento se extendieron hasta la caída del dictador Hosni Mubarak con las revuelta del 2011 en la plaza Tahrir, la cual coincide con el final de esta película que tuvo que ser rodada en Marruecos.

Una presencia habitual del cine negro nórdico como la del actor de origen libanés Fares Fares encuentra su sitio ideal en el papel del inspector Noredin dentro de esas comisarías dominadas por la corrupción integral, hasta que una investigación que se sale de los sobornos rutinarios le pone en conexión con las altas esferas del poder contra el que se levanta el pueblo.