Amaia U. LASAGABASTER
Derbi en Ipurua

Reparto de puntos y de sensaciones a medias

Se rompieron las estadísticas y la Real sumó su primer punto en Ipurua desde que comparte categoría con el Eibar. Si los donostiarras salvaron a duras penas el resultado, a los locales sólo les queda consolarse con la imagen, mejor que la de su rival, pero insuficiente para ganar.

EIBAR 0

REAL SOCIEDAD 0


El Eibar no pudo mantener sus buenos hábitos y, por primera vez, tuvo que ceder, aunque fuera muy a regañadientes, un punto de cortesía a la Real, que se estrenaba así como visitante en Ipurua desde que comparte categoría con los azulgranas.

Los dos equipos guipuzcoanos se repartieron los puntos de forma más equilibrada que las sensaciones finales. Más frustrante en el caso de los locales, que no acaban de salir del bache de resultados ni siquiera cuando, como ayer, son superiores a su rival; y más satisfactoria para los txuriurdines, que no sólo dejaron su puerta a cero, algo que apenas había pasado media docena de ocasiones más esta temporada, sino que consiguieron que su portero tuviera bastante menos trabajo que la mayoría de los guardametas que pasan por Ipurua.

Claro que eso no es sólo mérito de los métodos de Imanol. La producción ofensiva del Eibar ha caído en las últimas semanas, de la misma forma que lo han hecho sus resultados. En siete jornadas, el equipo azulgrana sólo ha podido celebrar una victoria –ante el Villarreal, hace ya un mes–, lo que le ha hecho perder posiciones. No acaban de despedirse los armeros, sin embargo, de la pelea por las posiciones europeas. Se mantienen a seis puntos del Sevilla y a cuatro del Girona, que tampoco han podido pasar del empate esta jornada y hoy estarán muy atentos a lo que suceda en el encuentro que enfrenta a Getafe y a su próximo rival, Betis. Aunque, más allá de lo que haga el resto de equipos con un pie en la ilusión europea y otro en tierra de nadie, es el propio conjunto eibarrés el que no acaba de brillar como lo hizo durante las semanas anteriores y posteriores al parón navideño.

La suerte tampoco le acompañó ayer. Ante la baja de Dani García, José Luis Mendilibar había apostado por recuperar el dibujo con dos centrocampistas y dos delanteros, sacrificando a Gonzalo Escalante. Pero la lesión de Charles poco antes de la media hora le hizo cambiar de planes y volver al esquema que había utilizado en las tres jornadas anteriores, de nuevo con el argentino que, curiosamente, acabó siendo uno de los mejores sobre el terreno de juego. Pero perdió poderío en una zona en la que está habiendo problemas en los últimos tiempos con las lesiones de Enrich y Orellana –que, con una recuperación contrarreloj, saltó al terreno de juego en la recta final– y las molestias de Alejo.

Con cuatro novedades respecto al once que cayó en el Ciutat de Valencia y ante una Real que, en la primera alineación de Imanol también registró tres novedades, el Eibar trató de encaminar el partido desde el principio a territorio de su gusto. Lo consiguió a medias. Ante un rival más preocupado de no sufrir que de hacer daño –aunque un par de balones largos al hueco, siempre grande, entre los centrales y Dmitrovic crearon cierta inquietud–, los eibarreses se pusieron a lo suyo. Juego por banas, presión alta, segundas jugadas y balones al área. La Real no acabó de evitarlo pero sí de que las acciones de peligro fueran excesivamente claras. Un remate de Kike tras una llegada a trompicones, un cabezazo altísimo de Diop en un saque de esquina... Hubo que esperar casi media hora para que el equipo arranacara un «uy» realmente sonoro a la grada de Ipurua. Lo hizo Pedro León con una cabalgada por la derecha para servir un balón que Inui no supo rematar y que Cote acabó enviando fuera por poco. El murciano repitió servicio poco después para el remate de Jordán, ante el que tuvo que lucirse Moyá para despejar a córner junto al larguero. Y, a punto de acabar el primer tiempo, de nuevo Pedro León, esta vez por la izquierda, sorteó la salida del meta visitante para enviar casi desde línea de fondo un balón que se paseó por el área sin encontrar rematador antes de que lo despejara Raúl Navas.

Ocasiones que no bastaron para que el Eibar rompiera la igualada pero sí para que se fuera a vestuarios con la sensación de que los puntos debían quedarse en Ipurua. Pero la cosa cambió tras el descanso.

La Real decidió probar fortuna arriba con más convicción y encontró el dónde y el quién. Odriozola hizo pasillo por su banda y en los cinco primeros minutos de la reanudación generó las primeras dudas de la tarde a la parroquia armera, con un par de centros que Juanmi no supo rematar y con otra acción a la que dio continuidad Oyarzabal para que William José rematara desviado desde la frontal del área. Dmitrovic no llegó a tener que intervenir pero ya había sido mucho más de lo que habían hecho los txuriurdines en todo el primer tiempo.

Por suerte para el Eibar, la producción ofensiva de su rival no fue mucho más allá. Para su desgracia, la propia tampoco ofreció resultados mucho mejores en este segundo tiempo. Conforme fueron avanzando los minutos, además, al equipo local se le fue viendo un tanto cansado y el partido acabó degenerando en un reparto de imprecisiones y balones divididos, para sopor de los espectadores, a los que sólo la igualdad en el marcador permitía seguir la recta final con cierta emoción. Todavía pudo el Eibar salirse con la suya, sobre todo con un doble remate de Jordán e Inui poco después del setenta pero el partido acabó haciendo buenos todos los malos tópicos de los derbis y malos todos los buenos –para los armeros, se entiende– datos de sus anteriores enfrentamientos con la Real.