Arnaitz GORRITI
BALONCESTO NBA

Minnesota vuelve a los play offs después de 14 años

Los Timberwolves se enfrentarán a Houston Rockets después de superar en la prórroga a Denver en el último partido de la Liga Regular. La debilidad de los Warriors presagia unas eliminatorias muy inciertas.

La última vez que los Minnesota Timberwolves jugaron un partido de play off perdieron por 96-90 ante Los Angeles Lakers, quedando eliminados en la Final de la Conferencia Oeste por 4-2. Pese a los 27 puntos de Latrell Sprewell, o los 22 tantos y 17 rebotes de Kevin Garnett, no pudieron impedir que el Big Four compuesto por Shaquille O’Neal, Kobe Bryant, Karl Malone y Gary Payton, y dirigido por Phil Jackson, se saliera con la suya, aunque en la finalísima sucumbiera ante Detroit. Aquello sucedió en la campaña 2003/04; los Wolves han tenido que esperar hasta 2018 para volver a disputar la postemporada.

Después de una larguísima travesía por el desierto, los Wolves se han colado en los play offs, aunque tal vez sea de forma testimonial, ya que les va a tocar enfrentarse ante unos Houston Rockets que de la mano de James Harden han sumado un balance de 65-17, el mejor de toda la NBA esta campaña. En todo caso, Minnesota puede sentirse orgulloso, porque no es poco lograr meter la cabeza en el loco sprint que se ha convertido este último tramo de la Liga Regular en la Conferencia Oeste.

Los Timberwolves recibían a los Denver Nuggets en un duelo directo por acabar octavos, empatados ambos con 46 victorias. El duelo, para añadir mayor dramatismo, acabaría con empate a 101, para decidirse en la prórroga con 112-106 para los locales, gracias a los 31 puntos de Jimmy Butler, más los 26 tantos y 14 rebotes de Karl-Anthony Towns.

Los Wolves sacaron la cabeza, superando los 35 puntos y 10 rechaces que el serbio Nikola Jokic sumara para los Nuggets. «Probablemente me quede dormido y me despierte a mitad de la noche y empiece a llorar», evocó Towns al final del choque.

Wild Wild West

Por detrás de los Rockets, Warriors y Trailblazers, la Conferencia Oeste ha sido una verdadera locura. Un Wild Wild West más auténtico que nunca. Tanto es así, que los cruces quedaron definidos a última hora, tras la derrota de Utah y la victoria de Oklahoma.

Los Jazz vieron truncada una gran racha al caer frente a Portland por 102-93, sucumbiendo a los 36 puntos de Lillard, de forma que los de Salt Lake City, que de ganar hubieran acabado terceros, acaban quintos, teniendo que remontar el factor cancha ante unos Thunder que, con unos soberbios Westbrook –que promedia un triple doble por segundo año seguido– y Paul George, autor de 40 puntos en su última victoria por 137-123 ante los Grizzlies, ascienden al cuarto lugar.

Por otro lado, cabe destacar que San Antonio jugará unos play offs por vigésimo primer año consecutivo. Ahí es nada. El problema es que se enfrentan a los Warriors, después de caer por 122-98 ante los Pelicans de New Orleans, siendo estos los sextos del Oeste, y un hueso duro para Portland.

El duelo entre Warriors y Spurs es una incógnita en sí misma. «Si la salud los respeta, los Warriors son mis favoritos junto con los Rockets», vaticinaba Kobe Bryant. Su problema es, precisamente, la salud. Curry sigue lesionado, y otros como Durant, Green o Iguodala también han pasado por la enfermería.

«Si alguien puede encender el interruptor de los play offs, esos somos nosotros», declaraba, empero, Draymond Green. Asimismo, hay que tener en cuenta que Kahwi Leonard es baja en los Spurs desde enero, y que los «abuelos» de Gregg Popovych llegarán hasta donde LaMarcus Aldridge los lleve.

Los frutos de «The Process»

En el Este, después de años tirados a la basura, los Philadelphia 76ers han vuelto a los play offs por la puerta grande, por primera vez desde 2012. Han acabado terceros de la Conferencia Este, después de encadenar ¡16! victorias, la última, un espectacular 130-95 contra Milwaukee, unos Bucks que acaban séptimos y que se cruzarán ante los Celtics.

Parece que poco importa que, con 59-23 de balance, Toronto se haya llevado el liderato del Este, ante el terror que despiertan los Cavs de LeBron James, por mucho que hayan acabado cuartos, perdiendo su último partido frente a los Knicks. Los de Ohio, salvo que se demuestre lo contrario, son los favoritos, ya que el año pasado llegaban con parecidas dudas y solo perdieron un partido de postemporada antes de caer en la finalísima frente a los Warriors. Eso sí, este año parece que Boston, Toronto, o tal vez los propios Pacers, su primer rival, plantearán más batalla a LeBron y los suyos.