Koldo LANDALUZE
CRÍTICA «Sergio & Serguéi»

A un solo paso sideral de distancia

El realizador cubano Ernesto Daranas ha tomado como excusa un episodio real para llevar a cabo un muy entrañable y cálido proyecto en el que impera el sentido de la metáfora inteligente a la hora de recrear la caída de la Unión Soviética y las lógicas consecuencias que se vivieron en Cuba. Con semejantes mimbres lo acostumbrado en este tipo de propuestas es cargar las tintas en torno al “fracaso ideológico” mediante un estilo de farsa burda. Por fortuna, el autor de “Conducta” evita en todo momento esta vía fácil y apuesta por aprovechar al máximo las posibilidades de la relación a tres bandas que se establece, a través del éter, entre un radioaficionado y profesor universitario de La Habana, un cosmonauta soviético de la estación espacial MIR y, en un muy segundo plano, un misterioso periodista norteamericano.

A través de las conversaciones de estos tres personajes, Daranas esboza el perfil de un escenario histórico sin vuelta atrás y en el que salen a relucir las incógnitas derivadas de la nueva situación política que irrumpirá en el panorama mundial. Manteniendo siempre un notable pulso, el filme plantea su discurso sirviéndose de dos puntos de vista diferentes y físicamente muy alejados, ya que mientras el sufrido astronauta se arma de paciencia para que sus superiores logren el dinero que requiere su retorno a la Tierra, el profesor que imparte clases de marxismo se lamenta de que el presupuesto no alcanza para editar las publicaciones universitarias.

Calmada y emotiva, la película conecta con el espectador gracias a la sencillez de su planteamiento, su gran empaque y a las cuidadas interpretaciones de un reparto que incluye al estadounidense Ron Perlman, el cual se ha embarcado en esta odisea cubana a través de su propia productora.