EDITORIALA
EDITORIALA

La diplomacia ayuda, pero hace falta respeto

La decisión de ETA de poner fin a su trayectoria recibió ayer en Kanbo el apoyo entusiasta de importantes personalidades internacionales, así como el aval de la mayoría de agentes políticos, sociales y sindicales vascos. La villa Arnaga acogió un solemne acto en el que se recordó a todas las víctimas y se instó a seguir hacia una resolución que, a todas luces, no es completa. Ayer se revirtió en parte el patrón de Aiete, donde primero fue la declaración de la comunidad internacional y después vino la respuesta positiva de ETA. En esta ocasión los representantes de la comunidad internacional celebraron a posteriori la decisión de ETA de dejar de existir. La Declaración de Arnaga pone en valor lo logrado sin perder de vista lo que queda por hacer desde el punto de vista de la democracia, los derechos y las libertades.

En este contexto, resulta triste la contraprogramación realizada por los lehendakaris Urkullu y Barkos en Bertiz. Pudiendo participar en un acto concertado con la comunidad internacional y en base a principios universales para la resolución de conflictos, prefirieron quedarse al margen y reproducir un discurso destinado a reivindicarse a sí mismos. Mal punto de partida para una propuesta que busca reconciliación. En este contexto, el menosprecio de Urkullu a Jean-René Etchegaray en “Sud Ouest” es de un mal gusto superlativo, una falta de respeto. Y el resto no actúa así con él. Por ejemplo, en Ginebra el director de HD, David Harland, hizo mención a Jesús Eguiguren, José Luis Rodríguez Zapatero, Arnaldo Otegi y a Iñigo Urkullu por su labor por la paz. Visto lo que hicieron y dijeron cada uno de ellos ayer, el día después del fin de ETA, queda la duda de si Urkullu entiende los conceptos básicos de la diplomacia.

Si para la diplomacia la paz consiste en ponerse de acuerdo «para alcanzar los objetivos a través de medios políticos y democráticos», eso debe darse entre diferentes. Urkullu marca esa diferencia, aunque sea para mal. Hay conflicto y hacen falta acuerdos, pero estos implican respeto.