Oihane LARRETXEA
MOVILIZACIONES POR UNAS PENSIONES DIGNAS

LUCHAR JUNTAS HOY POR EL MAñANA; «ELLAS» SEREMOS «NOSOTRAS»

AVECES CONVIENE PONERSE LAS GAFAS AJENAS PARA PERCATARSE DE LA REALIDAD. Y QUIZÁS COMPROBAR QUE ÉSTA NO ES TAN LEJANA. LOS PENSIONISTAS VOLVIERON A LA CALLE, DONDE MÁS DE UNA VOZ APELÓ A LA JUVENTUD. NOS NECESITAN. «MAñANA OS TOCARÁ ESTAR EN PRIMERA FILA». EN DONOSTIA PARTICIPARON UNAS 6.800 PERSONAS.

Juana María Erro tiene 74 años y vive en Irun. Lleva el pelo rojo y una sombra azul que le hace brillar los ojos. Cada sábado acude a Ficoba a bailar y cobra una pensión mensual de 637 euros, una cantidad con la que le resulta «imposible» vivir. Hace cuentas y números constantemente para que todo encaje. Nada puede desequilibrar sus frágiles contabilidades.

Y como tantos otros pensionistas en Euskal Herria, lleva semanas pisando asfalto para reclamar una cantidad digna a finales de mes. Tiene cotizados veinte años. Cuenta que es soltera y admite que si tuviera cargas familiares «sería todavía peor».

Protesta en la calle, pero considera que habría que haber activado este gran movimiento antes, «antes de que fuera demasiado tarde», como cree que lo es ahora. «Nos han tomado el pelo. Con la entrada del euro nuestras vidas encarecieron un 66% mientras los sueldos han ido decayendo… ¡así que no nos callaremos!», exclama.

Nahia tiene 33 años y es de Usurbil. A juzgar por su edad aún está lejos de vivir el problema en su propia piel, pero sin duda confiesa a GARA que la situación le preocupa porque basta con pensar a medio-largo plazo para percatarse de que iremos unas detrás de otras. Acude a Donostia para acompañar y solidarizarse con sus padres, a quienes nunca antes ha visto tan reivindicativos en la calle, de forma tan constante.

No tiene problemas de empleo, explica, pero pone el acento en la importancia de tener hoy un trabajo bien remunerado, estable, y en condiciones para el día de mañana tener una buena pensión. «Es importante que la juventud también participemos de estas iniciativas y protestas, no deberíamos verlo como algo ajeno, tendríamos que implicarnos también».

En ese mismo sentido se ha pronunciado precisamente el Movimiento Feminista de Euskal Herria. Ayer llamó a participar junto a las mujeres pensionistas. «La solidaridad entre las personas mayores y con las más desfavorecidas es uno de los puntos fuertes de las mismas, y las mujeres son un ejemplo de ello», destacaron.

El movimiento alerta de que la mayoría de las mujeres pensionistas viven la precarización «en toda su crudeza» y a consecuencia de las situaciones de discriminación a las que han sido sometidas durante el transcurso de sus vidas, «llegan a su vejez en situación de pobreza y miseria». «Hoy son las mujeres mayores, pero mañana seremos nosotras las que nos enfrentemos a esta cruel realidad», alertaron.

Mujeres y empleos dignos

Las mujeres. Labores no reconocidas ni remuneradas en el hogar. Los cuidados de la familia. El frigorífico siempre lleno y un plato caliente en la mesa. ¿Qué hay de todas ellas? ¿Y de las viudas? Inevitable que salieran a colación en algún momento de las entrevistas. Miren Clemente tiene 74 años y vive en Hernani. Cree que a las mujeres cuyos maridos fallecieron se les está engañando. «En 2011 acordaron que cobrarían el 59% de la pensión de sus maridos; hoy solo perciben el 52%», se queja, y agrega que no se puede vivir dependiendo de ayudas y subsidios. Es asfixiante.

Más cómodo admite vivir José Antolín, de Leitza. 68 años, 42 cotizados. Tiene una pensión que no le causa quebraderos de cabeza, pero mira a su alrededor y participa en las marchas porque cree que es un «problema compartido». Y en este sentido llama también a la juventud, al igual que hacía Nahia minutos antes. «Los empleos dignos hoy son fundamentales para las cotizaciones». Cuando veas las barbas del vecino pelar, pon las tuyas a remojar. Tiramos de refranero para apelar a quienes creen que esto no va con ellos, con ellas. «Resulta curioso, pero ayer, en nuestra juventud, peleábamos por un trabajo digno y hoy lo hacemos por unas pensiones en condiciones», cita su compañera.

Las proclamas se sucedieron también en Gasteiz por la mañana y en Bilbo por la tarde. En ambas capitales la ciudadanía secundó las convocatorias correspondientes. No se repitió la escena en Nafarroa, donde la coordinadora del herrialde por la defensa de las pensiones se quedó en casa aguardando al próximo 17 de mayo, jueves, para protestar. La marcha arrancará a las 19.00 desde la plaza de Merindades.

Cuando sí habrá consenso será el 26 de mayo. Ese sábado las cuatro capitales de Hego Euskal Herria remarán juntas hacia el mismo objetivo: pensiones mínimas de 1.080 euros y un sistema público y propio, además de pedir el fin de los empleos precarios que generan trabajadores pobres.

¿Y qué hay del acuerdo anunciado entre el PNV y el Gobierno español del PP? «Promesas, palabrería, habrá que verlo, migajas, buenas intenciones, algo es algo…». Costó encontrar alguna voz convencida, alguna que se sintiera satisfecha. La verdad verdadera es que fue imposible. Alguien lo resumió de una forma escueta y salerosa. «Somos pensionistas, no tontos». Fácil de entender, ¿no?