Raimundo Fitero
DE REOJO

Frente

La vida es una sucesión de despertares tras pesadillas o sueños húmedos. La costumbre de mantenerse enchufado a las redes o los medios de comunicación de bajo relieve casi todo el día puede provocar alucinaciones. Veo en los medios la firma de Trump en un folio anunciando la ruptura del acuerdo con Irán y busco en mi mando a distancia canales de ficción para entender la realidad subyacente. Lo mismo que cuando me cuentan el cuento de la cocina que intenta convertir el producto congelado del CIS en cocina molecular con productos de proximidad.

Hay que hacer con urgencia un frente común contra la estulticia, contra la mentira amasada en una cadena de conspiranoicos, funcionarios de la manipulación y cómplices de la evasión de capitales éticos. Un frente contra este totalitarismo de las emociones alteradas. Y lo digo en estado de efervescencia múltiple. Están emitiendo en directo las fases previas de Eurovisión, o sea, me sumerjo en ese mundo del pop banderizo con ínfulas identitarias que tantos ardores me produce pese a mirarlo siempre con unas gafas de soldador de altura, y comprendo que algo se ha perdido en el camino. Metería este concursillo musical en una parte de inspiración del frente.

También estoy soliviantado por la degeneración que está sufriendo “Fama, a bailar” debido a decisiones extrañas de la dirección que hace que los profesores manipulen el concurso de una manera absurda. Igor Yebra está en Montevideo, por lo que no participa, le sustituye Iker Karrera, pero parece que mandan una pareja de profesoras que tiene muchas limitaciones de lenguaje y favoritismos. No se valora ni el trabajo ni la calidad, sino quizás la fotogenia o algo menos confesable. Seguiremos viendo el desarrollo. Si no cuenta el esfuerzo, la cosa se corrompe. Hay una revuelta en las redes.