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buenos aires

El recurso de Macri al FMI lleva a Argentina a revivir «épocas terribles»

La decisión del Gobierno argentino de solicitar una línea de crédito al FMI –se calcula entre 25.000 y 30.000 millones de dólares– tras una fuerte depreciación del peso frente al dólar, ha hecho temer el regreso a «épocas terribles» de duros recortes sociales y bloqueo de cuentas.

«Tengo 66 años y he vivido muchas crisis financieras en este país» recuerda Mabel Chamatropulos, una exempleada bancaria para quien el anuncio de que Argentina buscará una línea de crédito con el FMI es «un deja vu a épocas terribles». Como ella, muchos argentinos fueron sorprendidos con la decisión del presidente Mauricio Macri de acudir al Fondo Monetario Internacional para atajar fuertes turbulencias financieras que llevaron a una devaluación de más de 7% en un día y a subir la tasa de interés a 40%.

En Argentina, como en otros países, marcada por crisis cíclicas con hiperinflación, devaluación y bloqueo de cuentas, nombrar al FMI cambia el ánimo rememora las duros ajustes exigidos como contrapartida de los préstamos.

«Sería tristísimo que nos transformemos en una sociedad de clase baja con unos pocos ricos. Espero que esto no sea como el 2001», cuando Argentina entró en una crisis económica y social y se declaró en suspensión de pagos, dice desolada Natacha, en Buenos Aires.

Ricardo Rouvier, sicólogo social, sostiene que «la reacción del gobierno de acudir a la ayuda del FMI reaviva viejos fantasmas. Y el nombre del FMI, más allá de la mayoría que lo rechaza, genera también una percepción de mayor gravedad de la crisis», explica.

En 2006, con el Gobierno de Néstor Kirchner, Argentina saldó en un solo pago su deuda con el FMI, por 9.600 millones de dólares, cerrando la puerta a las exigencias que el organismo imponía a la economía interna.

Además de un gesto político de calado, el país se ahorraba 890 millones de dólares en intereses. En 2015, con la asunción de Macri, Argentina volvió a la libre flotación del peso, después de años de control cambiario durante el gobierno peronista de centroizquierda de Cristina Kirchner. De comprar dólares en efectivo en «cuevas» que desarrolló el mercado negro los argentinos pasaron a abrir cuentas en divisas en sus propias agencias bancarias.

El pasado miércoles el Parlamento exigió que el crédito que el Gobierno ha pedido al FMI se debata en el Congreso. «No puede volver el FMI a Argentina sin que este cuerpo, los representantes del pueblo, participemos de ese debate», afirmó la diputada kirchnerista Fernanda Vallejos. Otros diputados pidieron conocer el contenido de las negociaciones al advertir de que el FMI pedirá un fuerte recorte social. «Esta crisis no la tienen que pagar los trabajadores, sino los grandes grupos económicos», dijo el diputado del Frente de Izquierda Nicolás del Caño.

A la par de la sesión parlamentaria, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, iniciaba en Washington las negociaciones con el FMI.