La primera llegada en alto del Giro, la espectacular subida al volcán Etna, fue el marco del que el equipo Mitchelton Scott se sirvió para poner en práctica una jugada perfecta. Ganó la etapa con el colombiano Esteban Chaves y colocó en el liderato al inglés Simon Yates, nueva maglia rosa de la carrera. Para que no queden flecos en un día redondo, Mikel Nieve tuvo su parte de mérito en el éxito de sus dos compañeros.

En esta sexta etapa entre Caltanissetta y el Etna, sobre 159 kilómetro, tras Chaves y Yates, a casi medio minuto, llegó el grupo de favoritos encabezado por el francés Thibaut Pinot (Groupama-FDJ), que dio tiempo a Bennett (LottoNL), Pozzovivo (Bahrain), López (Astana), Carapaz (Movistar), Dumoulin (Sunweb), Aru (Emirates) y Froome (Sky). Un poco después llegaría Pello Bilbao (Astana) tras completar una buena etapa, lo que le permite situarse séptimo en la clasificación general.

La victoria de Chaves se fraguó en el km 50, cuando el colombiano se fugó con una veintena de corredores. El paso de los kilómetros fue reduciendo el grupo hasta que las primeras rampas del Etna terminaron de fragmentarlo. El Chavito, de 28 años, segundo en el Giro 2016 y tercero en la Vuelta, presentó su candidatura para estar entre los grandes y soltó la traca final a 5 de meta. Por detrás, López saltaba sin éxito, Dumoulin tensaba a Froome al verle en apuros y Yates ejercía de observador.

Posteriormente y ya con Chaves sin rivales para ganar, Yates demarró con fuerza y enlazó con el de Bogotá en el último kilómetro, lo que garantizaba que la cima era para Mitchelton. El inglés iba más fuerte pero pudo el equipo y el premio fue para quien estuvo 100 km escapado.

Hoy, ya en la península, se disputará la séptima etapa entre Pizzo y Praia a Mare, con un recorrido casi llano de 159 km; un día de transición previo al segundo final en alto, mañana en Montevergine de Marcogliano.

«Esto es increíble»

«Esto es increíble, un sueño. Es el mejor comienzo posible de un Giro. Sabía que teníamos que estar al frente en un día muy difícil como el del Etna, pero tuve la suerte de contar en la fuga con la ayuda de Jack Haig, lo que me permitió guardar fuerzas para el final», declaró Chaves.

Por su parte, Yates explicó que la presencia de Chaves en la escapada les permitió «estar tranquilos, a la expectativa. No había necesidad de hacer nada, por lo que pude ahorrar fuerzas. Al final, vi la ocasión, lo intenté y todo salió a la perfección, aunque no estuvo planificado».