Antonio Mercero será recordado por sus aportaciones a la pequeña pantalla. Series como “Crónicas de un pueblo”, “Verano azul” o “Farmacia de guardia” figuran en la retina del recuerdo de multitud de espectadores que siempre han celebrado la mirada cercana que aporto este creador de Lasarte-Oria. Si a ello le unimos aquella experiencia referencial que supuso “La cabina”, topamos con un realizador que apostó por un medio, la televisión, que le reportó sus mayores logros.

Mercero inició su ruta como ayudante de dirección de Jorge Grau y Herald Reinl hasta su debut en solitario, con el cortometraje “Lección de arte” (1962), que obtuvo la Concha de Oro del Zinemaldia y el Premio del Círculo de Escritores Cinematográficos.

Tras un tiempo dedicado a guiones y publicidad, rodó cortos como “La balada de los cuatro jinetes” (1969), que le brindó la Espiga de Oro del Festival de Valladolid, y entró a trabajar en TVE, primero en documentales y después en el formato de series. A su cinta “La cabina” (1972), por el que recibió un amplio reconocimiento y numerosos premios como el Emmy de TV en EEUU; el de la Crítica Internacional de Montecarlo o Premio Marconien Milán, le siguieron “Los pajaritos” (1974), Premio Gino del Luca de Montecarlo; “Don Juan” (1975) y Rosa de Oro en Montecarlo.

Asimismo, figuran el telefilme “La habitación blanca” (2000), que supuso su regreso al medio tras 20 años de ausencia; la serie “Manolito Gafotas” (2003), una adaptación de la saga literaria de Elvira Lindo; dos guiones desarrollados para la serie de Telecinco “Hospital central” (2004) y  cuatro capítulos para la serie del mismo canal, “MIR” (2007). Dentro de su faceta como realizador de largometrajes firmó películas como “Manchas de sangre en un coche nuevo” (1976); “Las delicias de los verdes años” (1977); “La guerra de papá” (1978); “La noche del licenciado” (1979); “Buenas noches, señor monstruo” (1982); “El tesoro” (1988), con Pedro Masó; o “Espérame en el cielo” (1988). También figuran en su filmografía “Don Juan, mi querido fantasma” (1990); “La hora de los valientes” (1998), que obtuvo los Premios Especial del Jurado en el Festival de Cine de Moscú; “Cuarta planta” (2003), historia de tres adolescentes enfermos de cáncer que consiguió los Premios al mejor director y del Público en el Festival de Montreal; además de “¿Y tú quién eres?”, donde abordó la enfermedad del alzhéimer.

Otro espacio creativo en el que también desarrolló su labor fue el teatro donde llevó a escena “Isabel, reina de corazones” (1983), que estrenó en el Teatro madrileño de La Comedia, y dos décadas después dirigió en el Teatro María Guerrero “Los verdes campos del Edén” (2004) y presentó el monólogo “Los cojos no trotan” (2005), interpretado por Eloy Arenas.

Enfermo de alzhéimer desde 2009, en diciembre de este año recibió en su domicilio el Goya de Honor de manos del entonces presidente de la Academia de Cine, Álex de la Iglesia, quien resaltó su «inmejorable carrera cinematográfica».

El director del Zinemaldia, José Luis Rebordinos, ha señalado que Mercero fue un cineasta «muy especial» porque siempre «buscó al público» y ha remarcado que «aparte de ser un cineasta que lo que quería era hacer películas para la gente», era «sobre todo una persona amable y maravillosa, muy fácil de querer». Por otro lado, el Ayuntamiento de Lasarte ha anunciado que «nuestro mejor homenaje será la puesta en marcha del Museo Virtual Antonio Mercero».