Jon ORMAZABAL
segunda

Y ella sola no terminó de morirse, pero se dejó mucha vida en Soria

Un gol de Higinio de cabeza en el último minuto deja a Osasuna sin un triunfo vital para depender de sí mismos en las útimas jornadas

NUMANCIA 1

OSASUNA 1

 

El refrán original, «entre todos la mataron y ella sola se murió» viene a emplearse para referirse a situaciones colectivas en las que no termina de quedar clara la responsabilidad y los dos puntos que Osasuna se dejó en el último minutos pueden poner mucha gente en la picota, empezando por el planteamiento de Diego Martínez, la mala salida en el gol de Higinio de un Manu Herrera que tuvo que sustituir a un lesionado Sergio Herrera e incluso el árbitro Varón Aceitón, que no vio una mano que cortó un contraataque rojillo que pudo cerrar el partido. El caso es que todo se juntó y el equipo navarro se desangró en la final de Soria, pero al menos, mantiene distancias y eso es mucho para un equipo que ha hecho de la supervivencia su leitmotiv en los últimos años.

No podía esperarse otra cosa y el partido de Los Pajaritos se convirtió en una especie de derbi, con todos sus matices de pelea, tensión y poco fútbol. Tras sus dos últimas derrotas, salieron mejor los de Jagoba Arrasate, especialmente en el primer cuarto de hora, pero la defensa osasunista, a pesar de la baja de Aridane, se mostró muy solvente ante el empuje local.

Es más, en una primera parte de pocas ocasiones claras, fue Oier el que más cerca estuvo de abrir el marcador, con un remate al borde del descanso en el que Aitor Fernández, casi de manera milagrosa, sacó un balón que parecía colarse irremediablemente en su meta.

Mejoría rojilla

El reparto de puntos no era un resultado que satisfaciera a ninguno de los dos equipos, de ahí que el partido se fuera abriendo tras el descanso, con los rojillos algo más incisivos en ataque.

De todos modos, por mucho que los dos entrenadores buscaran frescura ofensiva con sus cambios, el partido se abrió por donde suelen abrirse este tipo de partidos tan trabados, en una jugada a balón parado. Tras haber desaprovechado una buena contra, Quique, muy trabajados por su banda, se elevó por encima de dos centrales numantinos para conectar un gran cabezazo que puso por delante a los de Diego Martínez con solo media hora por delante.

Lo más difícil parecía hecho y el partido se le había puesto donde quería al mejor visitante de la categoría, pero por eso de que jugaban como en casa ante más de un millar de aficionados rojillos, todo comenzó a complicársele de repente a los osasunistas.

En un salto, Manu Herrera se lesionó en su rodilla izquierda en una situación que dejó mucha preocupación de cara a las dos siguientes jornadas, los navarros fueron dando pasitos hacia atrás sin poder estirarse ante los muchos espacios que dejaba su rival y todo se desmoronó como un castillo de naipes en plena prolongación, en un corner en el que Manu Herrera dudó en su salida e Higinio aprovechó su poderío aéreo para empatar.

 

Diego Martínez: «La sensación que nos queda es de rabia, de dolor»

Aunque en todo momento se aferró a las opciones matemáticas que le quedan al equipo, Diego Martínez no pudo ocultar que las sensaciones que el empate de Soria les dejó fueron de «rabia, de dolor».

El técnico gallego entiende que su equipo fue merecedor de los tres puntos en un partido «muy equilibrado» en el que los suyos fueron «de menos a más». Agradeció el apoyo del millar de aficionados desplazados a Soria, a los que pidió que su apoyo ante el Lorca.

GARA