Ion SALGADO
INICIATIVA DEL PEQUEñO COMERCIO EN LAUTADA

LONAS NEGRAS PARA DESPERTAR LA CONCIENCIA DE LOS CONSUMIDORES

ESTABLECIMIENTOS HOSTELEROS Y COMERCIOS DE AGURAIN, DULANTZI Y ARAIA COLOCARON AYER LONAS NEGRAS EN LOS ESCAPARATES PARA ALERTAR DE LA SITUACIÓN EN LA QUE SE ENCUENTRAN LOS PEQUEñOS NEGOCIOS DE LAUTADA. EL OBJETIVO DE ESTA ACCIÓN, IMPULSADA POR LAUTADA BIZIRIK-ACICSA ES DESPERTAR LA CONCIENCIA DE LOS CONSUMIDORES.

Lonas negras en los escaparates de comercios y bares, y un mensaje destacado en letras verdes: «Cerramos próximamente». Esto es lo que se encontraron ayer vecinas y vecinos de Agurain, Dulantzi y Araia, tres localidades de Lautada donde están echando la persiana muchos establecimientos tradicionales. Tiendas de toda la vida que tienen que luchar contra las grandes superficies de Gasteiz y las ventas a través de Internet.

«Hace unos años, en la calle Mayor había 54 establecimientos abiertos y hoy quedamos una docena», explica en declaraciones a GARA Roberto Castro, de La Despensa, un ultramarinos situado en el centro de Agurain. «Un mes cierra una tienda, a los pocos meses otra... van poco a poco, pero cada vez más lonjas vacías», señala antes de advertir de que hoy en día «se gana menos y los márgenes son más pequeños».

Esta es la realidad que quieren resaltar con la colocación de la lonas. Y parece que está surgiendo efecto. «Los vecinos nos preguntan por qué lo hacemos, y les decimos que no vamos a cerrar, pero podría pasar. Hemos puesto las telas para que vean qué pasaría si en el Casco Viejo no habría negocios», indica Castro, quien espera que la ciudadanía se conciencie y consuma en los locales del pueblo, en lugar de comprar en la capital.

Una opinión compartida por Txus Urrutia, del bar Mendibil, que en breve se pondrá al frente de Lautada Bizirik-Acicsa, en la que participan 52 establecimiento del sector servicios y se encarga de impulsar esta acción reivindicativa. «Queremos concienciar a la gente, que vea cómo sería el pueblo sin comercio. Visualizar un pueblo, cerrado, un pueblo muerto», subraya.

Cabe destacar que su bar se encuentra en la plaza San Juan, en el corazón de Agurain, un municipio que supera los 5.000 habitantes. Pero durante las últimas décadas se han construido nuevos barrios y el Casco Viejo «ha bajado en población», lo que ha provocado el cierre de comercios y locales hosteleros. «En esta plaza estoy yo solo», lamenta.

La amenaza digital

Olaia Etxezarreta trabaja en el herbolario Trikua, el único establecimiento de este tipo que hay en Agurain, y probablemente en toda la comarca, ya que, como ella apunta, «no tenemos competencia más que en Gasteiz». Pero esto no ha impedido que hayan notado una caída en las ventas, propiciada por la irrupción de nuevas tecnologías: «Lo de Internet nos ha hecho mucho daño a todos».

Lo cierto es que la compra online permite adquirir algunos productos a un precio ligeramente inferior al que se venden en las tiendas de las localidades de Lautada, donde la logística tiene un peso importante. Basta con ver el pabellón que la empresa de mensajería DHL ha construido en el polígono industrial de Agurain.

No obstante, los comerciantes confían en el futuro. Virginia Elorza, de la tienda Virna, destaca que poco a poco comienza a despertar la conciencia de vecinos y vecinas, que se resisten a vivir en un pueblo muerto. Y su local es un ejemplo, ya que ayer al mediodía no le faltaba trabajo. Parece que su único enemigo es el cielo gris, que ralentiza las ventas esta temporada.