Raimundo Fitero
DE REOJO

Llamada

Dicho rápido y sencillo: lo de los migrantes en los barcos venidos desde Italia a Valencia, me huele a efecto demagogia. Si no nos mienten demasiado, en estos mismos días, al sur de Valencia, a las costas andaluzas, han llegado algo así como mil emigrantes en pateras, cayucos, balsas, zodiacs y otros objetos flotantes de una inseguridad absoluta. Y no había ningún dispositivo de recibimiento. Se ha hablado de dos mil personas preparadas para recibir a los seiscientos y pico del Aquarius y sus apoyos. Más de tres por superviviente. Algo no cuadra. Y de repente Macron dice que acoge a los que quieran de estos seiscientos, ¿y de los otros mil?

Pero ha servido para que las derechas azul y naranja repitan sus mantras manipuladoras e insolidarias con tufillo pre-xenófobo: se va a producir un efecto llamada. Y no son capaces de entender que, con todo el aparato represor de la banda de M. Rajoy y sus ministros de la porra, se ha doblado, por lo menos, el número de personas que deciden jugarse la vida y atraviesan el Mediterráneo, por una latitud o por otra, en comparación con el año anterior.

De lo mucho que parece incongruente en la operación Valencia, destaca que los responsables del salvamento y de las organizaciones que se dedican a ello en aquella zona, se quejaron y se quejan de manera reiterada y muy sentida de que es una barbaridad perder estos días de travesía, cuando se están produciendo migraciones inseguras constantemente sin que existan estos barcos de salvamento. Macron podría haber ofrecido cualquier puerto, pero no, se ha marcado una de cinismo cartesiano. Por lo tanto, confiemos que el efecto llamada no cunda en los políticos para repetir actos de esta envergadura de publicidad mediática, tan poco pensados y de una eficacia cuestionada por quienes saben.