Acunado en las verdes y húmedas laderas que descienden de la impresionante cordillera Elburz hacia el mar Caspio, Alireza Jahanbakhsh, una de las estrellas de la selección iraní, nació con el don del gol en su pies. 21 tantos en la Eredivise, enrolado en el AZ Alkmaar, se sitúan como el principal peligro para el cuestionado guardameta De Gea. Eso sí, la única diana persa ante Marruecos fue sin un solo remate entre los tres palos y gracias al autogol marroquí. La España de Fernando Hierro se topará hoy (20.00 horas, Telecinco) con un contrario que será eminentemente defensivo, se supone que más que ante los norteafricanos, por lo que habrá que esperar un choque solo de ida, de los de abrir la lata pronto para no ser presa de las urgencias. No en vano, los iraníes del luso Carlos Queiroz llevan veinte partidos oficiales sin conocer la derrota.

«Si el partido contra Marruecos fue la final del Mundial para nosotros, el encuentro contra España será la final de la Copa del Universo», manifestó el selecionador portugués, que se muestra confiado en las posibilidades del ‘Team Melli’. «Contra España, sabemos que desde el portero al delantero pueden crear cosas, de manera que tendremos que pensar otra estrategia» diferente a la puesta en práctica ante Marruecos, aseguró, dejando entrever que el cerrojo y la salida al contragolpe serán su mejor arma.

Partido inédito el de esta noche, y es que lo más cerca de un cruce de civilizaciones futbolísticas que ha habido entre ambos, además de la presencia de jugadores como Nekouman o Masoud en Osasuna, fue la fallida contratación de Javi Clemente como seleccionador iraní tras negarse a residir allí en lugar de seguir la evolución del fútbol persa desde Zarautz. «Si para ser campeón en Sudáfrica tengo que dormir tres años todas las noches en Teherán, me vengo con mis nietos, mis amigos, pero quién me dice que voy a ganar el Mundial», se justificó.

Hoy, por parte española las dudas se presentan, curiosamente, más en ataque que en la debatida portería. El arquero del United volverá a ejercer de titular bajo la inquisidora mirada de sus detractores, mientras que el autor de dos tantos ante Portugal, Diego Costa, veremos si es el desatascador o si Hierro se decide por otra opción para abrir la defensa rival. Imprimir velocidad al juego, en cualquier caso, será vital para la fluidez ofensiva española y quién sabe si alguien desequilibrante por banda como el realista Odriozola puede debutar. En cualquier caso, los españoles no deberían sudar para ganar a una Irán que, avisa Queiroz, «no tiene súper-hombres como España pero juntos podemos hacer realmente cosas importantes». Y Hierro lo tiene claro, «Irán encaja poco y lo tiene muy claro». Tan cristalino como Javi Clemente para no quedarse a vivir en Teherán.

Zaki Badou ya ganó a Paulo Futre

La generación lusa de Paulo Futre besó la lona ante la Marruecos del luego portero del Mallorca Zaki Badou. Fue en el Mundial mexicano del 86, y los norteafricanos se impusieron por 1-3, dejando en la cuneta a Portugal y clasificándose para octavos, donde un gol de Lothar Matthaus les cortó el camino. Ambas selecciones cruzan sus destinos de nuevo (14.00 horas, Cuatro) en un partido decivisivo para ambos, porque los portugueses necesitan hacer bueno el empate ante España y los marroquíes no pueden permitirse una nueva derrota. Los de Cristiano Ronaldo, y especialmente el delantero merengue, ya han presentado sus credenciales, en tanto Marruecos tiene algo que decir toda vez que la derrota postrera ante Irán merced a un autogol rompió una racha de un año sin perder. Las tornas cambiarán, será Portugal la que asuma la iniciativa, al contrario que contra España, y Marruecos la que espere, al revés que ante Irán.J.V.